Alianza Kanan Kay, un faro contra la pesca ilegal

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Alianza Kanan Kay

En un país en el que persiste la pesca ilegal, la sobreexplotación de los recursos marinos y la falta de vigilancia en las costas, la Alianza Kanan Kay representa un impulso a la seguridad alimentaria de las comunidades que dependen de esta actividad.

La Alianza está conformada por actores de diversos sectores que tienen interés en el mar, desde su conservación hasta su aprovechamiento sustentable, para contribuir al abastecimiento en la Península de Yucatán. Sin embargo, el trabajo que realizan no es fácil, hay retos diarios que se arrastran desde años atrás y se agravan con el paso del tiempo.

Raziel Villegas Núñez, coordinador jurídico, de control y vigilancia de la Alianza Kanan Kay, explicó que, hace 14 años, pescadores y otros actores sociales urgieron a las autoridades a tomar acciones tras observar que había ya pesquerías con alta presión y explotación en Quintana Roo, como el mero, la langosta, el caracol rosado y otros.

“Esas especies se encontraban ya en un peligro de viabilidad y comenzó a tener repercusiones biológicas, comerciales y por supuesto en la vida socioeconómica de los pescadores”, describió.

Fue así como inició la organización entre diversas personas para dar paso a lo que sería la Alianza Kanan Kay. Al sumar fuerzas, trabajaron en la conformación de zonas de refugios pesqueros, como una medida para contrarrestar la sobreexplotación de especies marinas.

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La Alianza Kanan Kay trabaja principalmente en Yucatán, Campeche y Quintana Roo. Fuente: Elaboración de CNM.

“Con esta figura lo que planteamos fue proteger algunas especies de pesquerías, ejemplares juveniles, zonas de agregación, reproducción y desove. Precisamente, para permitir que se recuperen las especies”, mencionó el abogado jurídico.

Para dicho trabajo se conjuntó la experiencia de personas dedicadas a la pesca, la academia y organizaciones no gubernamentales. 

Una de las especies que recibió mayor atención en los inicios de la Alianza fue la langosta. Con estadísticas de ciclo reproductivo notaron que en promedio sobrevivía el 10% de 10 mil huevos. Se trata de mil nuevos crustáceos, es decir, consideraron una cantidad suficiente para aumentar la producción.

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La langosta ha sido una de las especies más amenazadas por la pesca ilegal. Fuente: Alianza Kanan Kay.

Retos 

A pesar de los logros de la Alianza, hay un problema que enfrentan de manera cotidiana y es la pesca ilegal.

“Cuando en los refugios pesqueros comenzó a notarse una recuperación de las especies, los pescadores ilegales se dieron cuenta de que ahí había oportunidad de pesca y comenzaron a meterse y capturar lo que se estaba cuidando”, expuso Raziel Villegas.

La falta de vigilancia en la zona costera, acusó Villegas, es uno de los principales problemas. En las costas de Quintana Roo es posible detectar únicamente tres inspecciones anuales por parte de elementos de la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca).

“Eso es impunidad porque tenemos conocimiento de dos o tres inspectores para todo el territorio de la Península de Yucatán. Además, de que se trata de 117 lanchas para recorrer 17 estados costeros y de estas, hasta el año pasado, 67 no servían por algún problema mecánico y las autoridades federales sólo afirman que no hay presupuesto para repararlas”, describió.  

Aunque destacan casos de éxito, como el de Vigía Chico y Cozumel, en los que disminuye la pesca ilegal por medio de la vigilancia de las y los pescadores, en Banco Chinchorro no ocurre de igual forma, pues ahí la pesca ilegal está ligada con la delincuencia organizada y la especie que más capturan es el caracol rosado, según las observaciones de la Alianza.

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En la Alianza Kanan Kay cada vez más se incluye el trabajo de mujeres. Fuente: Alianza Kanan Kay.

Logros por los que trabajan:

Actualmente, la Alianza tiene como meta el incremento de al menos el 30% de la biomasa de especies de interés comercial dentro de las zonas de refugio pesquero.

Laura Isabel González Rivera, coordinadora general de la Alianza Kanan Kay, compartió que uno de los logros de la agrupación es la conformación de cooperativas y grupos de vigilancia en Quintana Roo, Campeche y Yucatán.

 “Se les empezó a dar capacitaciones para que supieran a dónde ir en caso de detectar pesca ilegal y cómo darles seguimiento y ahora también ellos mismos cuidan y vigilan sus zonas”, relató.

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El sector pesquero recibe capacitaciones que le sirven para organizarse. Fuente: Alianza Kanan Kay.

Hoy, quienes forman parte de la alianza cuentan con una aplicación para que desde sus teléfonos denuncien casos de pesca ilegal. Ahí suben pruebas como fotografías y videos que pueden sumar a un proceso de denuncia.

Laura González dijo que los primeros años sólo trabajaron en Quintana Roo, pero la suma de esfuerzos los llevó a los estados vecinos, en donde refuerzan el sentido comunitario y se decretan más zonas de refugio pesquero.

“Hemos visto cómo los pescadores tienen una mayor percepción de conservación, un compromiso real con su entorno y hay una mayor interacción entre comunidades pesqueras, al mismo tiempo que integran a más mujeres y jóvenes en la toma de decisiones”, añadió Laura.

El trabajo dirigido a cada zona de refugio pesquero depende de las necesidades de las comunidades pesqueras y se protegen las especies más sobreexplotadas.

“Uno de los mejores resultados es que como Alianza existe el reconocimiento de las y los pescadores, y son ellas y ellos quienes deciden sobre lo que hacen en sus territorios”, indicó.  

* Este artículo fue escrito por Itzel Chan, quien cubre comunidades costeras gracias al apoyo del programa Report for the World. 

 

 

 

 

 

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