A los colapsos de cuevas y la presencia de sustancias como el diesel en los cenotes, se suman perforaciones y el relleno de al menos 10 cavernas por las obras del Tramo 5 del Tren Maya, que va desde Cancún hasta Tulum, en Quintana Roo.
“La primera gran afectación fue el retiro de la cubierta vegetal, porque aunque aparentemente no impacte en la caverna, esos árboles alrededor son ecosistemas que coexisten. Luego tenemos impactos más directos, como la perforación de barrenos para estudios de mecánica de suelos en algunos lugares. Y en algunos casos el impacto ha sido totalmente dirigido, pues hay registro de cavernas que han sido rellenadas”, explicó Guillermo D’Christy, consultor en tratamiento de agua e integrante del colectivo Cenotes Urbanos.
Foto: Guillermo D'Christy
De acuerdo con datos de dicho colectivo, la caverna nombrada “Yorogana”, localizada en Playa del Carmen, recibió más de 10 perforaciones durante la realización de los estudios de mecánica de suelos. También la cueva “Dama Blanca”, llamada así porque una especie de pez endémico ciego la habita, presenta perforaciones y su dolina, es decir, la entrada, fue rellenada a la mitad, aunque el gobierno federal negó dichas afectaciones.
“Cuando llegamos ya las están rellenando o ya las habían rellenado, o las que habíamos detectado de repente ya desaparecieron. Tenemos fotografías y videos en algunos casos en que de plano fueron rellenadas contraviniendo directamente los reglamentos municipales de protección de cenotes y cavernas, y las mismas normas de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, porque en muchas de ellas habitan especies protegidas por la Norma Oficial Mexicana 059”, sostuvo D’Christy.
Por otro lado, en la caverna bautizada como “Oppenheimer”, que está conectada a “Manitas”, cueva en la que se encontraron pinturas rupestres y vestigios arqueológicos, se detectó un posible escurrimiento de diesel, aunque no se ha realizado una prueba de calidad de agua en ese lugar para confirmarlo.
El colectivo Cenotes Urbanos ha informado que desde que se deforestó una amplia porción de selva, la temperatura en algunas cuevas se elevó. También ya comenzaron a reportar la presencia de una “pasta blanca” en la superficie de algunos cenotes, que podría ser el propio material que se desprende de las paredes por las vibraciones de la maquinaria o una filtración de materiales de construcción.
Además, cuando las autoridades comenzaron a mapear los sistemas de cavernas del Tramo 5, encontraron espeleotemas, estalactitas y estalagmitas rotas.
En total, son 119 cenotes y cavernas las que se encuentran bajo el Tramo 5 en el cual pasará el Tren Maya en Quintana Roo, y que podrían resultar fuertemente impactadas por los trabajos que ahí se están llevando a cabo, que incluyen la instalación de alrededor de 16 mil pilotes (cimentación con forma de columnas) sobre el manto acuífero para construir un viaducto elevado.
Foto: Elizabeth Ruíz
“Es inconmensurable el daño que se está generando y eso es parte de lo que hemos venido preguntando desde hace más de un año: cuáles son los estudios que avalen, qué afectación habrá y qué afectación no habrá. La Manifestación de Impacto Ambiental que entregaron, una vacilada. Para ellos no existe el sistema subterráneo como tal y si bien mencionan el karst, no hay una proyección a futuro de cuáles podrían ser las posibles consecuencias”, precisó D’Christy.
Foto: Guillermo D'Christy.
Una de las consecuencias que más preocupa a activistas y especialistas es que a raíz de la operación del megaproyecto podría desatarse una crisis de estrés hídrico en la península de Yucatán, ya que cada vez habrá menos agua dulce disponible, y eso ejercerá una presión muy grande a la flora y a la fauna.
“Va a empezar a haber un proceso de desertificación en donde era una selva, sana hasta hace un año. Y otro gran problema es la calidad del agua. Todavía hasta a principios del año, en las mismas páginas de la Comisión Nacional del Agua podías ver que 50% de los pozos que estudia presentaban contaminación”, detalló el especialista.
La lucha jurídica
En marzo del 2022, representantes de organizaciones civiles presentaron, con asesoría del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA), dos demandas de amparo para detener las obras, por sus violaciones al derecho al medio ambiente sano y al agua.
Para el abogado del CEMDA, Aarón Siller, la obra presentó diversas y graves irregularidades desde el principio, entre ellas que la Manifestación de impacto Ambiental (MIA) fue emitida después de que iniciaron las obras y no incluye ninguno de los cambios de trazo ni la construcción del viaducto elevado.
“Se olvidaron de varios procedimientos: desde la consulta indígena adecuada en los términos que establece la Organización Internacional del Trabajo, en la lengua de las comunidades. Hubo una simulación de una consulta a mano alzada que no representa para nada cómo se debe hacer una consulta indígena. Además, las manifestaciones de impacto ambiental se fragmentaron en distintos tramos, lo que impide un análisis objetivo de los impactos acumulativos y sinérgicos y el gran panorama de lo que causa el Tren Maya”, apuntó.
Presidencia. Foto: Cuartoscuro.
La obra ha tenido al menos siete cambios de trazo: primero se había planteado que se construyera sobre la carretera 307, que se extiende desde Cancún hasta Chetumal. Después el trazo se movió a la selva, donde se talaron aproximadamente 8.7 millones de árboles, de acuerdo con estimaciones del colectivo Cenotes Urbanos.
“Dijeron que no había cenotes, después que sí. Luego que iban a hacer pilotes, que solo iban a haber unos puentes y ahora resulta que todo es con pilotes. Es una obra tristemente improvisada que dificulta medir el impacto ambiental, además que lo de los pilotes ha causado un sinfín de estragos en el acuífero. No se tienen ni siquiera certeza de los impactos porque no fueron bien identificados ni declarados”, detalló Siller.
A pesar de las protestas y recursos jurídicos, los trabajos siguen, y por ello, activistas urgen a la Presidencia de la República a no continuar con el proyecto en esa zona.
Actualmente los amparos se encuentran en el Juzgado Primero de Distrito en Yucatán. Sus procesos han sido lentos y el CEMDA ha presentado quejas por las demoras. Hasta ahora han logrado una suspensión provisional de los trabajos, pero no fue respetada.
“Siguieron deforestando y demás. Sí hubo quejas. No fueron escuchadas o por lo menos, no se ordenaron medidas de parte del Juez para garantizar la suspensión, como debió ser”, afirmó el abogado de CEMDA.
Por ello, tanto especialistas como activistas urgieron a las autoridades federales a detener el proyecto del Tren Maya a partir del Tramo 5, ya que el avance de las obras en esa zona es escaso debido a todos los contratiempos que han salido por intentar construir en un suelo tan frágil.
“A partir de Puerto Morelos, Playa del Carmen, Tulum, no hay nada. Hay pilotes en algunas partes, pero hay cuevas abiertas literalmente abiertas en el camino, como ‘Oppenheimer’, otra que se llama ‘Caída del Tren’, que fue un hueco muy chiquito al principio y con el trabajo de las máquinas vibrando alrededor colapsó. Es una farsa que esto vaya a iniciar (operaciones el tren). Los tramos 5, 6 y 7 son inviables. La ingeniería puede resolver muchas cosas con muchísimo dinero y planeación, pero a costa de qué”, cuestionó la activista ambiental Cristina Nolasco.
Reiteraron que el gobierno está a tiempo de rectificar antes de ocasionar un daño mayor a los sistemas de cavernas, a la selva maya y al acuífero de la península.
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