Representantes de Zonas de Refugio Pesquero (ZRP) de Baja California, Sonora, Campeche, Yucatán, Quintana Roo y Tabasco dieron un paso histórico y entregaron formalmente a la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca) una declaratoria nacional que reúne las necesidades, aspiraciones y propuestas comunitarias para garantizar el futuro de los refugios marinos en México.
“Queremos que este movimiento de refugios siga creciendo a favor de nuestras comunidades, sus medios de vida y la biodiversidad”, expresó Gloria Acevedo, pescadora y buza monitora en Celestún durante el 5º Summit Latinoamericano por la Sostenibilidad Pesquera y Acuícola.
Con esa convicción, la carta fue puesta directamente en manos de Noemí Itzel Zamora García, responsable de la oficina de representación de la Conapesca, autoridad pesquera en el país, con el objetivo de que sus peticiones sean escuchadas e incorporadas en las políticas públicas.
La declaratoria subraya que las ZRP son, desde el 2012, más que polígonos administrativos y que se trata de ecosistemas vivos que garantizan alimento, empleo y bienestar para las comunidades.
Las personas de diversas comunidades crearon diálogo para llegar a acuerdos. Foto: ZRP.
Un mensaje directo al Estado mexicano
El documento, redactado el 3 de diciembre de 2025 y entregado en Mérida a Conapesca, solicita a la institución liderar y articular los esfuerzos necesarios para que los refugios pesqueros funcionen de manera efectiva y permanente.
“Pedimos que esta declaratoria sea tomada en cuenta y que nuestras prioridades se reflejen en los programas oficiales”, señaló Laura Ortiz, pescadora e integrante del comité de vigilancia comunitaria en la Zona de Refugios Pesquero de Celestún.
Las peticiones fueron claras respecto a financiamiento. Laura indicó: “Necesitamos un fondo específico para que los refugios no queden en el abandono”.
Uno de los ejes más urgentes dirigidos a Conapesca es la creación de un programa o fondo permanente que permita financiar el manejo de los refugios pesqueros, cuyos costos recaen casi en su totalidad en los propios pescadores.
“Los refugios implican altos costos que hemos asumido solos; necesitamos un fondo específico para su manejo integral”, añadió.
La propuesta incluye equipamiento, motores de bajas emisiones, lanchas, radios, gasolina para vigilancia y el impulso a actividades económicas complementarias como turismo comunitario o maricultura.
El trabajo que realizan en las ZRP es 100% comunitario. Foto: Sepasy.
Legalidad y seguridad
Las comunidades pidieron a la Conapesca promover una agenda interinstitucional para combatir la pesca ilegal, cerrar vacíos normativos y proteger a quienes realizan vigilancia comunitaria.
“Necesitamos una unidad especializada dentro de la Fiscalía General del Estado que entienda las particularidades del sector pesquero y pueda sancionar efectivamente”, señaló Gloria Acevedo.
La declaratoria pide coordinación con autoridades ambientales, la Secretaría de Marina y el Ministerio Público, así como la revisión profunda de la ley para evitar la reincidencia de infractores.
Las mujeres y los hombres trabajan por igual para proteger su entorno marino. Foto: Natalia Gutiérrez.
Otro de los llamados dirigidos al Estado es incorporar educación ambiental en los planes de estudio nacionales, con el fin de asegurar la continuidad del cuidado comunitario de los ecosistemas.
“La educación ambiental debe ser parte formal de la formación de niñas, niños, adolescencias y juventudes”, reafirmó Gloria.
La presencia de mujeres en vigilancia, toma de decisiones y actividades técnicas ya transformó la organización comunitaria, sin embargo, señalaron que las brechas persisten.
“Exigimos que cualquier programa o apoyo tenga perspectiva de género y garantice la participación plena de las mujeres”, se lee en la carta entregada a Conapesca.
Capacidades y equipamientos
El documento solicita integrar un programa nacional de formación y equipamiento que acompañe la planeación, el monitoreo y la vigilancia en cada ZRP.
Integrantes de diversas Zonas de Refugios Pesqueros de Yucatán pidieron herramientas de denuncia segura, seguros de buceo, rastreo satelital y embarcaciones adecuadas.
Uno de los planteamientos centrales fue la creación de una Comisión regional, estatal y nacional para las ZRP, capaz de articular a comunidades, academia, organizaciones civiles y gobierno.
“Hemos navegado solas durante gran parte de nuestra historia, pero necesitamos una estructura nacional que respalde este esfuerzo”, afirmaron.
La entrega de la declaratoria a Conapesca busca precisamente activar ese proceso de articulación institucional.
Representantes de ZRP leyeron la declaratoria de manera pública. Foto: Zayra López.
La carta reconoce que la fuerza de los refugios surge desde las propias comunidades, que han enfrentado la pesca ilegal, la baja captura y la falta de vigilancia con organización interna.
“Cuando enfrentamos problemáticas fuertes decidimos unirnos; ahora sabemos que la participación y el reconocimiento de nuestras capacidades fortalece nuestro trabajo”, expresó Laura.
Pidieron que la Conapesca y otras instituciones reconozcan y respeten estos procesos organizativos en cualquier diseño de política pública.
Con esta entrega formal, las comunidades costeras colocan en la mesa nacional una ruta clara para fortalecer la conservación marina desde la base comunitaria, exigiendo que la política pública avance al ritmo de la crisis climática y de las necesidades reales del territorio.
“Solicitamos que nuestras propuestas sean incorporadas en las acciones de Conapesca y de todas las instituciones responsables. Las zonas de refugio pesquero son una estrategia probada para regenerar la biodiversidad y asegurar el futuro de la pesca en México. Cuidar el mar es cuidar la vida”, indicó Gloria en representación de todas las personas que conservan refugios pesqueros.
* Este artículo fue escrito por Itzel Chan, quien cubre comunidades costeras gracias al apoyo del programa Report for the World.


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