Contrario al propósito de reforestación del programa Sembrando Vida, organizaciones y productores refieren que la deforestación es una práctica que el programa no ha podido desaparecer.
Sembrando Vida fue lanzado por la actual administración para atender la pobreza y la degradación ambiental. Para adherirse al programa, los beneficiarios de localidades rurales en municipios de rezago social deben contar con 2.5 hectáreas disponibles para trabajar en un proyecto agroforestal.
Gonzalo Chapela, coordinador de Políticas Públicas de la Red Mexicana de Organizaciones Campesinas Forestales A.C. (Red Mocaf), expuso que han existido reportes de integrantes de la Red en Chiapas y Veracruz que señalan desmontes debido al programa. Las personas quitan árboles de terrenos para dejarlos despejados e inscribirse al programa.
“Sí ha sucedido, en muchas partes ha habido desmontes, inclusive tenemos reportes de tumba de cafetales para poder meterse a este programa de beca. Digo 60,000 pesos al año es mucho dinero para cualquier campesino del país”, dijo Chapela, quien aseguró que tanto los indicios con los que cuentan las organizaciones civiles, como las denuncias de la prensa, ameritan que las autoridades realicen una investigación robusta.
“Inclusive la Auditoría Superior Federal o la Secretaría de la Función Pública deberían de hacer un trabajo serio que nos libre de dudas. Posiblemente, son cosas extraordinarias, excepcionales. Pero tenemos una sospecha de que no es una cosa extraordinaria, sino que es una tendencia”, dijo Chapela.
Un análisis del Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés) publicado en marzo de este año identificó, con base en la información del Global Forest Watch y beneficiarios, que Sembrando Vida pudo haber incentivado la pérdida de 72,830 hectáreas de coberturas forestales en 2019.
“Podrían ser menos o más hectáreas. Este dato es una primera estimación y solo será posible tener un cálculo real cuando se tenga acceso a las coordenadas de las parcelas apoyadas por el programa”, explicó José Iván Zúñiga, gerente de paisajes forestales del programa Bosques de WRI México, a Causa Natura en sus respuestas a preguntas por escrito.
De acuerdo con el especialista, hasta el momento de dicho análisis existían dos problemas para monitorear las parcelas apoyadas por el programa. El primero es que no se tuvo acceso a las coordenadas de las mismas ni es posible hacer un monitoreo por sensores remotos.
El segundo es que la información para alimentar una plataforma de monitoreo sólo puede ser levantada por funcionarios del programa debido al tamaño de un trabajo de esa envergadura.
“Como señala el informe, el 70% de la posible pérdida de coberturas estaría concentrada en solo 22 municipios de los 447 en los que se implementó el programa en 2019. Además, es importante considerar que de las más de 600 mil hectáreas implementadas en 2019, sólo cerca de un 12% podrían haber presentado problemas en términos de incumplimiento de los lineamientos del programa en 2019”, abundó Zúñiga.
En respuesta a los hallazgos de WRI el presidente Andrés Manuel López Obrador prometió, durante una conferencia de prensa realizada el 10 de marzo, una investigación sobre lo ocurrido en dichas 72 mil hectáreas. Pero casi dos meses después no hay señales de estas investigaciones.
“No estoy de acuerdo con esa apreciación, no se está destruyendo el monte alto. Para empezar, ya no hay selva desgraciadamente, o sea, es muy poco lo que queda de selva tropical, es monte alto lo que hay, y desde luego hay que cuidarlo”, dijo al presidente.
Parte de prevenir la pérdida de coberturas forestales pasa por los técnicos y responsables de campo, indicó Zúñiga.
“Cuando éstos son profesionales con experiencia en sistemas agroforestales, conocimiento de la región, valoran los aspectos ambientales y han podido tener un seguimiento cercano de los beneficiarios se han presentado menos pérdidas de coberturas”, expuso, algo que se puede acuerpar para el mismo fin con otros elementos como Áreas Naturales Protegidas, comunidades bien organizadas y segregación clara de tierras forestales.
Cumbre climática
El programa es parte de la agenda política del gobierno federal. Durante la Cumbre de Líderes sobre el Cambio Climático, organizada por la Casa Blanca el 22 de abril, la participación de López Obrador se centró en proponer al presidente Joe Biden llevar el programa Sembrando Vida al triángulo norte de Centroamérica.
Así el gobierno mexicano sería el responsable de la organización productiva y Estados Unidos del financiamiento para replicar el programa en Guatemala, Honduras y El Salvador.
“La propuesta es que juntos ampliemos dicho programa en el sureste de México y en Centroamérica para sembrar 3,000 millones de árboles adicionales y generar un millón 200,000 empleos…. Tomemos en cuenta que con 4 millones de hectáreas de árboles, se absorben 70 millones de toneladas de dióxido de carbono por año”, señaló el presidente.
López Obrador definió el programa ante sus homólogos como “el esfuerzo más grande de reforestación en el mundo”.
En 2020 el programa alcanzó a sembrar 1 millón de hectáreas y 663 millones de plantas, de acuerdo con datos oficiales.
La sobrevivencia de las plantas sembradas a nivel nacional es de 89%, refirió la secretaria de Bienestar María Luisa Albores en una conferencia de prensa el 4 de junio. Sin embargo, el programa no tiene incentivos para que las personas cuiden lo sembrado a lo largo del tiempo.
“Falta un poco de visión de largo plazo, en el sentido de que uno de los defectos que también encontramos es que no se tiene una fecha de graduación de los beneficiarios. No dicen ‘en este programa el proceso es que te vamos a estar dando este apoyo cinco años... o tres años, no sé, y a partir del tercer año va empezar a ser redituable’ ”, detalló Néstor Genis, investigador de la organización Ethos Laboratorio de Políticas Públicas.
Sin objetivos claros
Sembrando Vida apoyó a 426 mil 260 beneficiarios en el primer trimestre de este año en 20 entidades: Campeche, Chiapas, Chihuahua, Colima, Durango, Guerrero, Hidalgo, Michoacán, Morelos, Nayarit, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz y Yucatán.
Parte de sus problemas inician desde la falta de establecer un objetivo claro, coinciden diversos expertos consultados por Causa Natura.
En el discurso de las autoridades el programa se promueve como un esfuerzo de reforestación, de empleo y de cohesión de las comunidades. Pero en la práctica los múltiples objetivos conllevan otros problemas.
“Esta es una de las problemáticas de no definir claramente el objetivo de cómo vas a medir ese objetivo y eso fue lo que le pasó sembrando vida. Quiso abarcar mucho, lo anunciaron como el programa más grande de reforestación, etcétera. Entonces creo que eso fue lo que le pasó a este programa, mejor centrarse en un objetivo preciso y aclarar cómo van a medir estos avances”, dijo Genis.
Sembrando Vida recibió recomendaciones por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social en el estudio Programas Prioritarios al Primer Año de la Administración 2018-2024, donde se indica que el programa no identifica con claridad el problema público que busca atender y debe mejorar su enfoque de resultados.
“Sería conveniente que dicho programa potenciara su colaboración conjunta para generar sinergias con los demás programas enfocados en atender a los productores del sector primario”, mencionó el estudio.
Aumento de presupuesto
El presupuesto aprobado del programa ha venido aumentando año con año. En 2019 fue de 15,000 millones de pesos y en 2021 fue de 28,929 millones de pesos.
En el segundo informe de la cuenta pública 2019, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) reportó que el programa Sembrando Vida tiene 1,832 millones 710,896 pesos pendientes por aclarar, así como varias irregularidades.
La información dada a conocer el pasado febrero incluye cuentas faltantes; pagos a personas no registradas o registradas con irregularidades; incumplimiento de criterios de priorización para otorgar los recursos; falta de documentación para la entrega de tarjetas, entre otras.
Por ejemplo, hay una solicitud de aclaración por más de 1 millón 804 mil pesos por 416 apoyos entregados a 61 personas que no cuentan con documentación que les acredite como beneficiarios. Entre los que hay seis personas menores de edad y más de 50 adultos mayores de 95 años.
En respuesta, el pasado 21 de febrero la Secretaría de Bienestar emitió el comunicado “Concluye ASF que en 2019 Secretaría de Bienestar cumplió en sus programas sociales”. Respecto a Sembrando Vida, exaltó que el recurso entregado a beneficiarios permitió colocarlos por encima de la Línea de Bienestar Rural.
“Bienestar recuerda que las observaciones planteadas en los informes no son definitivas y que el propio titular de la ASF dejó claro que aún falta un proceso de notificaciones, aclaraciones y seguimientos, durante el cual se presentan solventaciones”, declaró la Secretaría sobre las irregularidades señaladas por la ASF.
Comentarios (0)