El corredor San Cosme – Punta Coyote, una de las Zonas de Refugios Pesqueros (ZRP) pioneras en México, necesita ojos en el mar las 24 horas. El proyecto que comenzó por pescadores ribereños de 13 comunidades en la costa oriental de Baja California Sur busca proteger las especies mientras se asegura la pesca, el principal sustento de la zona.
“El problema es que no ha habido vigilancia estable. No hay recursos ni gasolina para recorrido. Nosotros lo hacemos pero falta que venga Conapesca, que haya más presencia en caso de pesca ilícita dentro de la zona de refugio o fuera de ella”, explicó Joel González, de 35 años de edad, originario de la comunidad de Agua Verde.
Joel ha sido pescador en la comunidad por 15 años. Al igual que sus compañeros, considera que la pesca ilícita dentro de los límites de los refugios es un problema constante. “Es diario. Ha sido diario que están saqueando la costa de nuestro corredor”, señaló.
González también participó en el ordenamiento pesquero de 2010 que permitió la regularización de los trabajadores y consiguió que, tras una serie de peticiones y estudios respaldados por la Federación de Sociedades Cooperativas Pesqueras Zona Centro B.S. (Fedecoop) y la organización civil Sociedad de Historia Natural Niparajá, se anunciaran oficialmente los refugios en el corredor con una vigencia de cinco años.
Dichas agrupaciones también consideran que la ubicación geográfica de los refugios es un factor a considerar.
“Es una zona de difícil acceso. Estoy hablando de que representa 13 comunidades, de las cuales solo hay acceso por vía terrestre a tres. Las demás son por vía embarcación […] Siendo el mar una zona que es difícil de vigilar 24 horas, siete días de la semana, sin duda la vigilancia es un reto. Lo que estamos cuidando puede que en una noche se venga abajo”, describió Salvador Rodríguez Van Dyck, coordinador de Fortalecimiento de Organizaciones Pesqueras y Comunidades de Niparajá.
Fuente: Tabla del Estudio Justificativo de la Red de Refugios Pesqueros del Corredor San
Cosme a Punta Coyote, Baja California Sur, presentado en mayo 2017.
Un refugio es un banco
Como pescador de Agua Verde, Joel cree que los refugios pesqueros son como los bancos, “le inviertes y a futuro sacas algo”.
El problema es que durante 2019 y 2020, la Conapesca no otorgó ningún subsidio destinado a los 36 refugios (polígonos) que hay en México. De acuerdo con la investigación de la plataforma Pescando Datos elaborada por Causa Natura, durante el período 2013-2018, sólo siete redes de refugios pesqueros recibieron subsidios: el corredor San Cosme–Punta Coyote, Isla Natividad y el Golfo de Ulloa en Baja California Sur; las Bahías de Altata y de Jitzámuri–Agiabampo y el Sistema Lagunar de Teacapán en Sinaloa; y Banco Chinchorro–Punta Herrero en Quintana Roo.
De estos, sólo San Cosme – Punta Coyote, Golfo de Ulloa e Isla Natividad han recibido recursos para impulsar las labores de inspección y vigilancia.
Ante la falta de recursos, pescadores de la zona y la Fedecoop comenzaron a implementar brigadas de inspección comunitarias respaldadas por Niparajá. Salvador Rodríguez Van Dyck confirmó que la organización ha gestionado parte de los recursos para invertir en combustible y acciones de monitoreo.
“Hay buenos resultados pero aún así la geografía en la que se encuentran las zonas está muy alejada de los puntos donde se encuentra la vigilancia. Así que cuando (los inspectores) llegan a la zona ya hubo un golpe. Es un reto que estamos atendiendo, las mismas comunidades se han dado a la tarea de cuidar sus zonas”, explicó en entrevista José de Jesús Flores Higuera, presidente de la Fedecoop.
Las comunidades también hicieron folletos para entregar a turistas y cartelones para colocar en la playa donde indique es una zona de refugio. Aún así, pescadores insisten que Conapesca debe mejorar su labor.
Para este reportaje se contactó al Contralmirante Vicente Almaráz Flores, encargado de la Dirección General de Inspección y Vigilancia, pero hasta el momento no se obtuvo una respuesta.
Por su parte, el Departamento de Elaboración de Normas Acuícolas de la Conapesca respondió que se trabaja “en cursos de capacitación sobre normatividad pesquera y acuícola para la formación de Oficiales Federales de Pesca (OPF) con la Secretaría de Marina, ésta, en proceso de asumir las labores de inspección y vigilancia pesquera y acuícola”.
Foto: Joel González, pescador de la comunidad Agua Verde.
Hablar de resultados
Las Zonas de Refugios Pesqueros de San Cosme – Punta Coyote, al igual que las de Bahía Espíritu Santo en Quintana Roo, consiguieron una segunda vigencia en 2017.
“Las tendencias positivas de las tallas, abundancia y biomasa de las especies comerciales dentro de las ZRP sugieren que de invertir más tiempo se podría observar una mayor recuperación”, señaló el Estudio Justificativo presentado aquel año. Dicho estudio se realizó en colaboración con las comunidades de pescadores, la Federación y Niparajá.
Actualmente hay 12 polígonos en el corredor donde se protegen especies como el huachinango, el cardenal, el cochito y el pargo amarillo.
“El proceso (de solicitud de refugios) ha cambiado a lo largo de los años. En 2009 cuando se hace la primera solicitud no había unos pasos a seguir, una lista de requisitos. Se entregó la mejor información que estaba disponible”, explicó Salvador Rodríguez Van Dyck, quien también agrega que el tiempo es un factor a considerar en los refugios pesqueros para seguir evaluando sus logros y beneficios pero también considerar más acciones de mejora.
“Los refugios son pieza importante. Una herramienta nueva, flexible, que ha ayudado que el pescador participe, pero sentimos que necesitamos un marco más grande, deben ser parte integral de algo más grande”, agregó.
[Este reportaje es el segundo de una serie sobre refugios pesqueros. Encuentra el anterior aquí: Cooperativas apuestan por refugios pesqueros pese a embates de la pandemia]
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