La decisión de desaparecer al Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC) y al Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA) pone en riesgo la investigación de organismos descentralizados que se realiza con fines de elaborar políticas en medio ambiente.
“La existencia de estos institutos, como el IMTA y el INECC, es fundamental para contar con mejores políticas que tengan un soporte del conocimiento científico. No son institutos dedicados en abstracto a la investigación”, señaló Enrique Provencio, investigador miembro de la junta directiva del Centro Interdisciplinario de Biodiversidad y Ambiente (CeIBA).
En entrevista con Periodismo Causa Natura, Enrique Provencio, quien fue director del INECC de 1997 al 2000, calificó como complejo y sin argumentos el plan de este sexenio por incorporar el IMTA a la Comisión Nacional de Agua (Conagua) y el INECC a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
“No es tan sencillo que la autoridad federal capte y esté al tanto de toda la investigación científica. Las dinámicas no lo permiten… Ese riesgo es muy delicado porque no todo el trabajo que hacen en el IMTA o el INECC puede llevarse a cabo dentro de la Semarnat o de la Comisión Nacional del Agua”, añadió.
Por ejemplo, una de las aportaciones donde destaca INECC ha sido en calidad del aire y el manejo de residuos, como es el caso del Diagnóstico Básico para la Gestión Integral de Residuos (DBGIR).
Respecto al IMTA, se refleja en el diseño de sistemas regulatorios para el agua potable, los dispositivos para la medición, así como el monitoreo de cuencas y cuerpos de agua en riesgo, como el río Santiago, en Jalisco, o el río Tula, en Hidalgo.
Pero fue el 16 de diciembre cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció la desaparición del INECC. Un día después, la Semarnat hizo oficial la noticia con un comunicado en el que se expresó la decisión de desaparecer ambos organismos.
La explicación fue por “reformas administrativas profundas para utilizar los recursos públicos en objetivos claros, evitar la duplicidad de funciones y cerrar espacios a la corrupción”.
A pesar de que las autoridades ambientales indican que se respetarán los derechos laborales de los trabajadores para realizar el cambio, hasta el cierre de esta entrevista no hay información oficial sobre las modificaciones.
Foto: Margarito Pérez Retana / Cuartoscuro
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— Para entender la integración del INECC a Semarnat y del IMTA a Conagua, ¿cuál era el objetivo de que existieran estos organismos?
De lo que siempre se trató es de que la autoridad federal tuviera instituciones específicamente dedicadas a coordinar o elaborar investigaciones vinculadas a las políticas públicas.
Esto es muy importante porque no son institutos o centros de investigación como cualquier otro. Se trata de que la fórmulación y evaluación de políticas tenga un soporte riguroso y científico.
La autoridad federal como la Semarnat, que se dedica fundamentalmente a la regulación como ejecutor de la política, no dispone de los mecanismos adecuados para estar llevando a cabo investigaciones. Es muy complejo que haga simultáneamente las dos cosas.
— Entonces, ¿podemos decir que parte de lo que está en riesgo es la investigación?
Definitivamente. Lo que está en riesgo con estos cambios es que la autoridad federal ambiental pierda soportes, brazos de trabajo que no están orientados a la operación de las políticas, sino a su mejor conocimiento, su mejor formulación y su mejor evaluación.
El riesgo ya se está corriendo, se ha anunciado con toda claridad que hay una dirección general o coordinación de la Semarnat que va a absorber al INECC, así como Conagua al IMTA, porque se argumentó que duplicaban funciones.
Eso es un contrasentido. En el INECC, por ejemplo, se trabaja calidad del aire, saneamiento ambiental, conservación de los ecosistemas, ordenamiento ecológico, entre muchos otros temas que actualmente la Semarnat no maneja y con sus restricciones presupuestales es muy difícil que lo lleve a cabo.
También dijeron que se estaban distrayendo recursos que se debían aplicar a la superación de la pobreza o en otros ámbitos de política social, pero es como pensar que lo que hacen los organismos no le beneficia a la población, y sobre todo, es como decir que no le beneficia a la población pobre.
En pocas palabras, los argumentos principales que dieron son falsos, y por tanto no debían haber sido tomados en cuenta.
— ¿Y cuáles son las causas de esto?
Una parte es la reducción presupuestal para todo el sector ambiental que en realidad se empezó a dar desde 2015 y 2016, sobre todo por razones económicas. Fue el proceso de consolidación fiscal y la pérdida del presupuesto ambiental que empezó a ocurrir en esos años como parte del control.
También hubo una razón de incomprensión tanto del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, como el actual gobierno del presidente López Obrador, que redujeron la prioridad de la política ambiental.
Con el presidente Peña Nieto la política ambiental se vio como secundaria y subordinada a la estrategia económica, pero eso también está ocurriendo ahora. Hay un menosprecio directo, en particular de las acciones de cambio climático. Y este segundo elemento es el más importante, porque si se diera mayor prioridad a la cuestion ambiental, le estarían dedicando más presupuesto.
— El 11 de marzo se publicaron en el Diario Oficial de la Federación los cambios al Estatuto Orgánico del INECC, ¿aún hay posibilidad de revertir la decisión?
En el caso del IMTA lo pueden desaparecer con medidas administrativas. En el caso del INECC lo único que podría detener esta medida es que el Congreso de la Unión no accediera a reformar la Ley General de Cambio Climático, que es su fuente de creación.
Sin embargo, siendo realistas, lo veo difícil puesto que forma parte de una estrategia general de centralización de las políticas que afecta a organismos públicos descentralizados como la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) o la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).
Esta centralización de la política no tiene sentido. Incluso el propio presidente llegó a decir que el INECC era de un orden autónomo, eso es falso. Es un organismo descentralizado, pero no es independiente de la Semarnat. Tiene que obedecer las directrices del Plan Nacional de Desarrollo, no se manda solo….
— De seguir con la incorporación, ¿qué podemos esperar?
Se habla de institutos con un personal altamente capacitado, que se ha seleccionado dentro de gente profesional de universidades o centros de investigación. Peder ese personal sería fatal para el propio Gobierno. Es perder capacidades, es perder recursos humanos que ha costado mucho trabajo formar.
En teoría, no se debería perder, sin embargo, eso va a ser muy difícil porque refundir todo un instituto con varias direcciones generales en una sola coordinación significa afectar sus condiciones de trabajo.
El problema es que al dejar de ser un organismo descentralizado va a perder flexibilidad, eficiencia y capacidad de operación, por ser sólo una dirección general incrustada dentro de la estructura de la Semarnat.
Mi opinión es muy simple, no solamente no deben desaparecer, al contrario, deben ser fortalecidos presupuestal y políticamente, sobre todo ahora que los compromisos globales de cambio climático y las necesidades internas de la transición climática en México requieren de organismos capacitados y potentes.
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