La transición energética también es un tema para jóvenes. Desde el anuncio de la iniciativa de reforma a la Ley de la Industria Eléctrica y los problemas ambientales que traería respecto al uso de energías fósiles, las diversas organizaciones ambientalistas juveniles se posicionaron lejos de los intereses políticos y con la mirada en la lucha contra el cambio climático.
El posicionamiento se tradujo en una acción legal y, en abril pasado, las más de 30 organizaciones y colectivos juveniles que conforman el movimiento #JóvenesPorNuestroFuturo interpusieron un amparo contra la también llamada Ley Combustóleo.
Dos de ellos son Diego Moreno (presidente) y Alfonso Ramos (coordinador) de la Alianza Juvenil por la Sostenibilidad (Ajuves), una organización juvenil formada en 2016 para defender el derecho humano a un medio ambiente sano.
“Nuestro impacto es principalmente en el Área Metropolitana de la Ciudad de México. Hemos estado en el Ajusco, en Xochimilco, en la Barranca de Tarango, también en comisiones en el Congreso. Estamos muy activos desde lo que implica ser joven, con recursos sumamente escasos, pero con la convicción de combatir el cambio climático”, explicó Diego Moreno.
Para las y los integrantes de Ajuves, la visión juvenil y objetiva es necesaria en las decisiones que se toman en México a favor del medio ambiente. Principalmente, cuando se tratan temas del sector energético.
Jornada de recolección de residuos en el Ajusco. Foto: Ajuves
– ¿Cómo podemos definir al 2021 en temas de medio ambiente en México? Específicamente en transición energética.
Alfonso: Yo diría que para México el 2021 fue un gran retroceso en temas de transición energética. Ya se veía venir, pero este año terminaron de concretarse instrumentaciones institucionales-jurídicas que consideramos que bloquean y dificultan continuar con el avance a un modelo de generación de energía limpia.
La reforma a la Ley de la Industria Eléctrica tuvo varios temas que inciden directamente en priorizar energías fósiles para poder continuar desarrollando estas actividades. Ahora, con la iniciativa de reforma constitucional, se termina de constituir. Es complicado. Hay una barrera importante para el tema de la transición.
– ¿Consideran que aún hay espacio para mejorar el tema de la reforma eléctrica?
Alfonso: Sí, creemos que es importante el hecho de continuar dando la batalla legal. La postura de la Administración Pública ha quedado clara y no es su prioridad. Por el otro lado, también hay organizaciones y gente que está preocupada por temas de medio ambiente.
Por ejemplo, ahora con la iniciativa está el tema del parlamento abierto que es un ejercicio democrático interesante, pero un poco preocupante porque en las temáticas que se están planteando no se contempla el enfoque ambiental. Los puntos que se discutirán son de competencia económica o de soberanía energética, pero no hay un análisis ambiental. Está incompleto.
– Dentro del trabajo legal que han realizado en la organización, ¿cuáles son los obstáculos que enfrentan desde su posición jóvenes por la defensa ambiental?
Diego: Por un lado, el tema son los recursos. La mayoría de nosotros tenemos nuestra vida cotidiana, estudio, trabajo y, además, hacemos un espacio para combatir este tipo de arbitrariedades frente a la Administración Pública.
También nos hemos visto amenazados porque nos señalan como jóvenes que apoyamos a la inversión extranjera o intereses privados por no defender la reforma. En vez de abrir el foro para deliberar sobre los pros y contras de este proceso, hemos participado en lugares donde el tema siempre se desvía a otros puntos como si es una postura de izquierda o derecha. Es algo muy delicado y un gran impedimento.
Tenemos que entrarle de frente y de lleno a los temas de cambio climático, a la defensa del derecho humano al medio ambiente sano y lo que están haciendo otros sectores es que reducen la agenda ambiental a sus posturas. Necesitamos un debate frontal y mayor apoyo a activistas jóvenes.
– Y como ambientalistas en un país como México, ¿por qué es necesaria la participación de jóvenes en temas como el cambio climático?
Diego: Identificamos que muchos movimientos por la acción climática juvenil no eran apartidistas. Nosotros quisimos conjuntar la acción climática con el estudio de ingenieros ambientales y abogados para obtener una defensa objetiva, y creo que esto radica su importancia, en la objetividad en cuanto a la protección del medio ambiente sin ninguna injerencia externa o interna. Simplemente en la búsqueda de nuestro mejor futuro como jóvenes.
– Ahora que comienza un nuevo año, ¿qué esperan de su participación en transición energética?
Alfonso: Primero, la discusión de la iniciativa a la reforma (constitucional) que se pospuso para el siguiente año. Allí lo que hemos buscado es tener representación y que se discuta desde un enfoque ambiental y juvenil. Los invitados al Parlamento abierto no son de organizaciones juveniles, la mayoría pertenece a la academia.
Creo que también vale mucho la pena continuar difundiendo lo que estamos haciendo las y los jóvenes en el cambio climático. Pensamos que un punto importantísimo de partida es que la gente conozca del tema, que sepa cómo le afecta, que no sea algo que discutan sólo científicos o el director de la CFE.
Por eso lo que sigue para 2022 es continuar informando, integrando gente y dando a conocer la importancia de tomar en cuenta a las juventudes en materia de política pública de transición energética.
– En contraste, ¿creen que el tema sea más accesible para continuar abriendo estos espacios?
Diego: Yo creo que el tema está polarizado, específicamente en transición energética. Pero nosotros desde hace un año prevemos posicionar la organización como una escuela climática juvenil y creemos que dentro de nuestro grupo hay apertura.
Alfonso: Sí, yo no diría que está tan polarizado, sino que es muy clara la tendencia al no permitir el intercambio de ideas y de perspectivas sobre todo para aquellas personas y las organizaciones que manifiestan cuestionan. Si cuestionas eres neoliberal o estás comprado por intereses extranjeros. A mí me parece que no hay suficiente apertura por parte de los actores políticos, pero vamos a continuar luchando para que haya más espacios de intercambio.
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