La deforestación avanza en Mérida y solo 26 árboles reciben protección

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Fotografía: Itzel Chan

En Mérida los árboles son talados para dar paso a la construcción de casas, oficinas, calles, plazas comerciales o bodegas. En medio de este proceso, sólo 26 tienen derecho a ser protegidos.   

La ceiba es considerada un árbol sagrado por la cultura maya y en esta capital del estado hace una década aún era común encontrar una en cada esquina. No obstante, conforme el paso del tiempo se ha vuelto más difícil hallar espacios verdes dentro de la mancha urbana, pese a que una ley estatal manda a que, al menos, el 30% de los fraccionamientos conserven dicha vegetación.

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La ceiba es un árbol importante para la cultura maya. Foto: Itzel Chan  

El palacio municipal de Mérida está ubicado frente a la plaza principal de la ciudad, de donde fueron retirados 40 árboles endémicos en 2024, para dar paso a la remodelación de la zona, con una inversión de 120 millones de pesos y con la promesa de sembrar otros ejemplares.

Una medida derivada de estrategias de conservación del Ayuntamiento es la declaratoria de protección de 26 árboles por sus características específicas, mencionó Raúl Fernando Escalante Aguilar, director de la Unidad de Medio Ambiente y Bienestar Animal del Ayuntamiento. Por ejemplo: miden más de 15 metros y tienen más de 50 años de antigüedad.

“Se trata de árboles que tienen muchos años, y aunque a su alrededor gira el crecimiento de los fraccionamientos aún se conservan, además de que son un banco de germoplasma gigantesco (parte de las plantas que puede generar una nueva)”, describió.

Para su cuidado, las autoridades municipales realizan programas de educación ambiental en las comunidades donde están los árboles elegidos para que las personas que ahí habitan los cuiden y los rieguen de ser necesario.  

Mientras tanto, cada mes, en diversos puntos de la ciudad, hay una nueva construcción. El funcionario municipal reconoció que elegir 26 ejemplares entre miles que necesitan protección no es suficiente, por eso el trabajo principal se hace con las empresas constructoras.

“Hemos tenido reuniones con varios desarrolladores y les pedimos que lleguen a su meta del 20% de conservación de vegetación, sobre todo, porque en la ciudad tenemos zonas con mayores temperaturas por la falta de árboles. Nosotros para dar permisos de construcción municipal pedimos el 20% a cada proyecto”, expuso Escalante.

La Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI) clasifica como desarrollos inmobiliarios proyectos a gran escala que pueden ser categorizados de tipo vertical, horizontal, industrial, comercial, corporativos, residencia y mixtos.  

A pesar de que la Ley de Desarrollos Inmobiliarios del Estado de Yucatán en su Artículo 16 señala que en cada nuevo desarrollo deberá preservar un mínimo de 30% para áreas verdes urbanas, el Ayuntamiento de Mérida sólo exige el 20% a cada proyecto de forma individual. Expertos indican que las empresas constructoras no respetan ninguna de ambas.

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La zona norte de Mérida tiende más a concentrar fraccionamientos nuevos. Foto: Itzel Chan

La doctora María Elena Torres Pérez, investigadora de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), es testigo de que el crecimiento urbano se basa en la deforestación constante: un área con vegetación se convierte de un día para otro en concreto total.

“Se trata de construcción de viviendas, nuevas calles y poca o nula área verde queda. En los fraccionamientos se observa que en las casas cuando mucho dejan un cuadro con césped, pero de ahí no hay más vegetación. Entonces, en realidad, en cada fraccionamiento se deja un área del 90% no permeable y nos dejan un escaso 10% de áreas permeables que no necesariamente es área verde. En Mérida se tiene deforestación masiva”, indicó.

Lo que atribuye la investigadora es posible sustentarlo mediante registros que hace el Sistema de Información de Cambios de la Cobertura Forestal en la península de Yucatán (SICAMFOR), los cuales indican que para el 2016 la cobertura forestal de Mérida era de 41 mil 750 hectáreas y para 2023 esta cifra se redujo a 38 mil 816 hectáreas. Así, en siete años disminuyó en un 7.03% la vegetación en la ciudad. 

De acuerdo con el informe de Greenpeace “Reverdecer las ciudades. Los espacios urbanos y su impacto en la salud y el bienestar”, la regla 3-30-300 para la silvicultura urbana, elaborada a partir de propuestas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), propone que toda la ciudadanía vea al menos tres árboles desde su casa, que las empresas desarrolladoras proporcionen un 30% de cubierta vegetal o de copas de árboles en cada barrio y una distancia de 300 metros entre las viviendas y el área verde más próxima. 

“Celebramos que haya estas 26 joyas botánicas, pero me parece que es muy poco.  Además, en 2012 había un catálogo del Patrimonio Natural, Maya y Cultural del municipio y en ese entonces había 100 árboles en la lista, pero seguro muchos de ellos ya no están”, refirió la doctora María Elena.

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Cada día se observa una nueva zona con desmonte. Foto: Itzel Chan

Hay 300 desarrollos activos 

Los árboles de Mérida han ido desapareciendo por la deforestación que causó la construcción de 300 desarrollos, mismos que la vicepresidenta ejecutiva de la AMPI, Claudia Pérez Aguilar, confirmó que están activos, es decir, casas, departamentos, oficinas o bodegas actualmente ocupadas, en venta o renta.

En agosto de 2023 había 203 proyectos recién construidos y en sólo un año se sumaron otros 100 más, de acuerdo con un registro de la AMPI. 

Además de las construcciones de tipo residencial, el sector industrial actualmente se expande en la ciudad, sobre todo en la zona metropolitana que colinda con los municipios de Umán y Kanasín, a 30 minutos y 20 minutos de Mérida, respectivamente, sostuvo Pérez Aguilar.

“Hay leyes que indican el porcentaje que se tiene que ceder en una construcción, pero lo ideal es que ya no se tenga que acatar a lo mínimo, sino que debemos ir hacia una ciudad más sustentable y sostenible. Tenemos que maximizar los espacios verdes porque por la falta de árboles está el tema del calor. A mayor construcción, menos árboles”, recalcó.

 

Fauna en riesgo de extinción

La deforestación conlleva que mamíferos, aves, reptiles, anfibios y otro tipo de fauna pierdan su hábitat, tal es el caso de una lagartija o iguana (Cachryx defensor,  conocida como ‘chop’ en maya), que está en riesgo debido al desarrollo inmobiliario.

Se trata de una especie endémica de la región que, de continuar los desarrollos como hasta ahora, se extinguirá, comentó Luis Fernando Díaz Gamboa, integrante de la Red para la Conservación de Anfibios y Reptiles de Yucatán.

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La iguana pierde cada vez más su hábitat y está en riesgo de extinción. Foto: Red para la Conservación de Anfibios y Reptiles de Yucatán

“Pierde su hábitat porque ella habita en los troncos de los árboles y ahí se guardan”, explicó.

Estos animales desplazados de su hogar no tienen a dónde ir y se vuelven blanco de las personas que habitan en los fraccionamientos. 

Aumento de temperatura a causa de deforestación

Durante 2023 y 2024 se registraron temperaturas mayores a los 40 grados centígrados (ºC) en Mérida.  Especialistas advirtieron que hay un alto riesgo de experimentar mucho más calor en los próximos años debido al ritmo de desmonte que existe.

El doctor Gerardo Carrillo Niquete, del área de Investigación asociado a proyectos de la Unidad de Recursos Naturales del Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY), investiga el aumento de temperatura en zonas como Mérida y los municipios de Umán, Kanasín, Ucú, Conkal y Progreso. Compara imágenes satelitales para distinguir las zonas en las que se pierde de forma acelerada la cobertura vegetal.

"Hemos encontrado que entre 2007 y 2012 ocurrió la mayor deforestación de la zona metropolitana de Mérida y tiene bastante coincidencia con el desarrollo de zonas habitacionales y comerciales", comentó.

Durante sus indagaciones hace pruebas y mide con un termómetro qué temperatura había en un terreno con follaje forestal y otro sólo de concreto: la diferencia es de 16ºC. Con sus observaciones comprueba que cuando se deforesta una zona se da paso a una 'isla de calor'.

Su compañera, la doctora Celene Espadas Manrique, técnica de investigación de la Unidad, explicó que algo recurrente es que en estacionamientos de plazas comerciales o en las zonas de camellones de fraccionamientos sólo se colocan palmeras que, por muy bonitas que lucen, en realidad aportan mínima sombra y contribuyen poco a mitigar los efectos de las altas temperaturas del pavimento o cemento.

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Los árboles ayudan a mitigar los efectos de las altas temperaturas.  Foto: Itzel Chan

“Lo ideal sería sembrar plantas y árboles que sean adaptadas al clima de la zona y debemos tener presente que la vegetación es nuestra principal aliada para contrarrestar los efectos del calentamiento global. Tampoco perdamos de vista el papel que la vegetación tiene en el ciclo del agua”, señaló.

* Este artículo fue escrito por Itzel Chan, quien cubre comunidades costeras gracias al apoyo del programa Report for the World.

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