Durante la trigésima Conferencia de las Partes de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30), Brasil y Francia anunciaron la creación del Grupo de Trabajo Oceánico, cuyo objetivo es movilizar financiamiento público y privado y ampliar el apoyo técnico para integrar soluciones basadas en el océano en los planes climáticos de los países.
“Nunca antes tantos jefes de Estado se habían alineado con tanta claridad sobre la necesidad de situar al océano en el centro de la respuesta climática global”, señaló Aloisio de Melo, secretario nacional de Cambio Climático del Ministerio de Medio Ambiente y Cambio Climático de Brasil.
A la iniciativa se sumaron países como Australia, Bélgica, Camboya, Canadá, Chile, Fiji, Indonesia, Madagascar, México, Kenia, Palaos, Portugal, Seychelles, Singapur y Reino Unido.
La iniciativa promueve que los países integren soluciones oceánicas en las Contribuciones Determinadas a nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés), que son los compromisos que los países hacen en el marco del Acuerdo de París para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, y aumentar su capacidad de adaptación ante los efectos del cambio climático.
“Se ha empezado a socializar mucho más la idea de los océanos como una herramienta contra el cambio climático y no solo como una víctima”, señaló Marcela Gutiérrez, directora y fundadora de Azul, una organización civil enfocada en justicia oceánica en Estados Unidos con comunidad latina.
Durante la COP30, un grupo de organizaciones de la sociedad civil impulsó una carta para hacer un llamado a los representantes de los países que, además de incluir soluciones climáticas basadas en los océanos en sus NDC, desbloquearán la financiación oceánica a través de fondos directos a comunidades insulares y costeras, y ventanillas de financiación azul.
México: avances y compromisos con los océanos
Para la COP30, los países debían entregar sus NDC actualizadas pero solo 120 de 198 han entregado este documento. Aunque 9 de cada 10 países incluyeron medidas oceánicas en sus NDC, el océano sigue estando subrepresentado en las estrategias climáticas y recibe menos del 1% del financiamiento global.
México entregó su NDC durante la COP, y en esta incluía a los océanos por primera vez en el componente de adaptación.
El documento plantea implementar soluciones climáticas basadas en el océano para reducir su vulnerabilidad y reconoce su importancia como sumidero de carbono, es decir, como depósito natural que absorbe y captura el dióxido de carbono de la atmósfera.
También establece fortalecer la investigación sobre acidificación y la variación de temperatura en aguas oceánicas y continentales; ejecutar acciones de adaptación contempladas en la Política Nacional de Mares y Costas; proteger especies marinas vulnerables; e impulsar cooperación internacional para atender enfermedades emergentes en corales y fenómenos como el sargazo.
“Con toda franqueza, México no ha visto a profundidad la aportación de los océanos al cambio climático”, expresó Pedro Álvarez, titular de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).
Anunció que dentro de la meta que adoptó el Gobierno de México de proteger el 30% de la superficie terrestre y marina del país para 2030, se incluye el objetivo de aumentar a 20 millones de hectáreas las áreas marinas protegidas.
Otras de las medidas impulsadas para la protección de los océanos, señaló Álvarez, han sido el apoyo a una moratoria contra la minería submarina en 2023, y la intención de crear corredores biológicos marinos que integren refugios pesqueros, zonas de prosperidad marina y Otras Medidas Efectivas de Conservación Basadas en Áreas (Omec).
Por su parte, Alicia Bárcena, titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), señaló que está en marcha el Programa Nacional de Restauración Ambiental para proteger dunas y manglares, ecosistemas fundamentales para comunidades costeras como barreras naturales ante fenómenos hidrometeorológicos como huracanes.
Deudas con el océano
A pesar de estos avances, entre la población latina existen otras preocupaciones sobre problemas que afectan los océanos como la extracción de petróleo y gas fósil en alta mar, la contaminación por plásticos y la pesca ilegal. Esto lo descubrió la organización Azul a través de los resultados de la Encuesta Nacional Azul “Latinos y el océano” que realizó en 2024.
Para Gutiérrez, el reconocimiento del océano como parte integral de las soluciones climáticas ha ido avanzando, primero con la creación de una Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos en 2023, y esto podría acelerarse con la entrada en vigor del “Tratado de Altamar” en enero de 2026, que busca proteger las áreas oceánicas que están fuera de la jurisdicción de los países y que contará con un mecanismo propio de financiamiento.

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