La sobreexplotación del mar, así como el planteamiento de alternativas sostenibles, es una realidad que viven de forma diferente los pescadores de pequeña escala de quienes trabajan en flotas industriales.
Así lo señala Carlos Paz, líder de proyectos y asesor empresarial de Smart Fish, asociación civil en México enfocada en la comercialización de productos pesqueros de origen sustentable.
“Muchas veces las cooperativas (de pequeña escala) con las que trabajamos tienen problemas para coexistir con cómo se está pescando afuera en altamar y cómo eso influye en el siguiente ciclo”, explica Paz.
En la pesca de arrastre, la técnica de captura más utilizada pese a su impacto ambiental, el tema toma una relevancia mayor debido a que la producción sigue distante de las prácticas de sostenibilidad. A lo que se suman la falta de capacitación e inspección por parte de autoridades para que el sector pesquero esté mejor preparado.
En entrevista con Periodismo CN, Carlos Paz describe qué se necesita para poder seguir avanzando en el camino de la sostenibilidad pesquera.
Pescador ribereño en Yucatán. FOTO: Martin Zetina/Cuartoscuro.com
— Cuando se plantean alternativas de sostenibilidad en la pesca de arrastre, ¿se deben tomar las mismas acciones con pescadores ribereños que con industriales?
Creo que los pasos deben ser adaptados a la realidad de cada uno. De cierto modo, la parte industrial está más organizada, como una empresa. Con las comunidades pesqueras (de pequeña escala) se trabaja yendo con ellos y generando una relación. Como un efecto de bola de nieve.
También hay que considerar que las comunidades tienen necesidades de servicios básicos a diferencia de una flota de mediana altura donde los puertos pueden tener luz, agua, centros de salud… Entonces hay que entender la necesidad y el beneficio tangible de empezar a probar nuevas maneras de hacer las cosas.
— ¿De qué manera esto obstaculiza la implementación de tecnologías para prácticas sustentables?
Generalmente cuando hay que innovar implica que un costo bastante elevado. Si no es una tecnología con suficiente adaptación en los mismos países pioneros, que México no lo es, lo hace complicado también en el proceso de capacitación, de cómo usarlas correctamente, entre otras cosas.
Faltan las capacidades humanas y financieras para adoptar las nuevas tecnologías. así como traer un beneficio para quien debe de implementarlas.
— Ante este panorama, ¿qué estrategias se utilizan para que las pesquerías de menor escala decidan apostar por la sostenibilidad?
En el caso de Smartfish, hay un modelo de incentivos de mercado. Somos dos identidades, por un lado la parte de asociación civil (AC) y por otro la comercializadora.
La AC trabaja con estas capacidades de pesca y cómo llevar a la práctica la sostenibilidad, pero al final la que materializa que todo se vuelva realidad es la parte comercial. Se ofrece un sobreprecio a las cooperativas por las condiciones de sostenibilidad y de alta calidad.
— ¿De qué manera se puede involucrar a los consumidores en la conversación sobre la sostenibilidad?
Hay muchas maneras, pero la primera es informar. Hay gente que no sabe qué es el método de la pesca de arrastre, entonces podríamos empezar a responder qué es y para qué existe. Sobre todo en los lugares donde la gente va a comprar pescados y mariscos.
Creo que en la parte de la demanda es donde hay un vacío bien grande, sobre todo en zonas como la Ciudad de México que no son costa. Debemos ver cómo hacer esa información más accesible y fácil de entender, sin ser sensacionalistas y decirle al consumidor que lo está haciendo mal.
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