Un estudio de la organización internacional Oxfam apunta que los ricos tienen una mayor incidencia en el cambio climático tras medir su huella de carbono.
La huella es la suma de los gases de efecto invernadero (GEI) que producen las personas. Cuando se divide la población mundial según su riqueza, se revela que el 1% de los más ricos tienen una huella 30 veces superior a lo que se necesita para cumplir con la meta de la temperatura del planeta en 1.5 grados para el 2030, como dictan los acuerdos de París.
Las emisiones de dicho 1% más rico superan el doble de las emisiones de la mitad más pobre del mundo, en el periodo entre 1990 y el 2015, de acuerdo con el estudio “Desigualdad de Carbono 2030”, realizado por Oxfam junto con el Instituto del Medio Ambiente de Estocolmo (SEI por sus siglas en inglé) dado a conocer el 5 de noviembre.
“Lo que nosotros decimos en el reporte es que los ricos tienen una mayor responsabilidad por dos razones, son quienes más emiten y en segundo lugar quienes tienen mayores condiciones para poder responder a la responsabilidades que tienen en materia de la crisis climática. Eso no quiere decir que la población en general no tenga una responsabilidad que asumir“, explicó Carlos Aguilar, responsable regional de Justicia Climática para América Latina de Oxfam.
Las brechas de desigualdad cobran vidas. Así lo detalla Oxfam en el estudio, publicado en enero, “Las desigualdades matan”, donde detalla cómo la crisis de la desigualdad contribuye a la muerte de una persona cada 4 segundos, o lo que es igual a 21,300 personas cada día.
Esto sucede al tiempo que la riqueza de los 10 hombres más ricos se ha duplicado, mientras que los ingresos del 99% de la población mundial se vieron afectados por la pandemia.
En entrevista Aguilar detalla las dimensiones de la desigualdad no escapan de la climática.
— Con la pandemia los ricos se han vuelto más ricos, y los pobres han terminado más desfavorecidos. ¿Desde su perspectiva qué factores se han combinado para que la pandemia haya acelerado un tema de desigualdad?
— Efectivamente, lo que hemos percibido es que se ensancha la brecha entre los más ricos y los más pobres en la región de América Latina. Son múltiples las causas que están por detrás, pero evidentemente a partir de la situación pandémica que vivimos, el desempleo y la dificultad de acceso a servicios básicos como pueden ser la salud y la propia educación vienen siendo factores determinantes del ensanchamiento de esa brecha, conjuntamente con las políticas fiscales y los problemas estructurales que ya veíamos a nivel de toda la región.
— Sobre otro informe, “Carbon inequality”, el 1% de los más ricos tienen una huella de carbono de más de 30 veces de lo que deberían para lograr la meta climática de 1.5 grados para el 2030, pareciera lógico pero explíquenos, ¿por qué los más ricos liberan más emisiones?
— Ese estudio Carbon inequality fue publicado apenas unos meses antes que el de “Las desigualdades matan”. Está profundamente relacionado con el trabajo que nosotros hacemos en Oxfam y tiene que ver justamente en cómo se relaciona la desigualdad y la crisis climática que actualmente vivimos no sólo en América Latina, sino a nivel global.
En este caso en particular a partir del informe que usted cita, es la desigualdad en el crecimiento económico y cómo eso repercute en el rápido agotamiento en el presupuesto global de carbono al que usted se refería anteriormente en relación a la huella de los más ricos del 1%. Eso se debe en buena medida al modelo económico que tenemos a nivel global, el modelo económico imperante, que a su vez deriva en unas formas de consumo que son las principales de la manera en que se está utilizando ese presupuesto global de carbono.
— ¿En qué se traduce este tipo de desigualdad?
Hay desigualdad extrema en las emisiones de carbono y una extrema en torno a las responsabilidades que cuando la medimos incluso en términos de deciles de población, de nuevo volvemos a ver la expresión de esa enorme brecha entre quienes más gastan o utilizan el presupuesto y quienes son menos responsables, pero sufren mayormente las consecuencias de la crisis climática que se vive en los países.
— Considerando la preponderancia que tienen los más ricos en estas emisiones, ¿considera entonces que hay una falsa narrativa de los patrones de consumo que tienen que tener las masas?
Bueno es una combinación de factores. Siempre digo que las soluciones a la crisis climática son complejas y requieren de la colaboración y de la participación de todos los sectores sociales.
Lo que nosotros decimos en el reporte es que los ricos tienen una mayor responsabilidad por dos razones, son quienes más emiten, y en segundo lugar, quienes tienen mayores condiciones para poder responder a la responsabilidades que tienen en materia de la crisis climática.
Eso no quiere decir que la población en general no tenga una responsabilidad que asumir en materia de patrones de consumo y que no tenga un aporte que hacer, pero lo que decimos en el reporte es que incluso logrando que el 99% de la población global cumpla con las emisiones promedio necesarias para mantener la temperatura del planeta en 1.5 %, si los más ricos no cambian sus patrones de consumo y no se comprometen efectivamente con los porcentajes necesarios de la temperatura meta al 2030, no se va a alcanzar la meta fijada en los acuerdos de París. Es decir, que efectivamente la disparidad es enorme entre ese 1.0% y el 99% restante.
— Ante este panorama que bien me describe, ¿hay forma de regular a los ricos por así decirlo?
Bueno hay una discusión. Obviamente los ricos no sólo tienen capacidad económica, sino que tienen poder político, de influencia, y es lo que nosotros en varios de nuestros estudios consideramos como el poder de las élites económicas y políticas, llamamos en varios de los contextos que analizamos como incluso una captura del Estado.
El control de las élites económicas y políticas tienen sobre los recursos, no son sólo financieros, sino también de los recursos naturales y comunes, como también les llamamos en algunos contextos. Es bastante desigual y extrema y eso determina el balance de poder que hay en los países.
— Sé que Oxfam ha hecho público su posicionamiento en términos de impuestos de que quienes más tengan deben aportar más. ¿Qué rol juegan los impuestos en este sentido de poder reducir emisiones para justamente cerrar esta brecha de desigualdad, es posible o es incluso una herramienta viable?
— La mayor parte de los sistemas impositivos en América Latina son bastante regresivos como sabemos, hemos venido teniendo una discusión sobre la importancia de discutir y aplicar sistemas impositivos más progresivos en América Latina, que significa básicamente que quien más tenga, más contribuye, más y mejor contribuya en términos de impuestos, pero definitivamente no es una solución mágica, no es la única.
Por ejemplo, toda la discusión que se está llevando a cabo de la transición justa, y particularmente en términos energéticos y de transporte y, finalmente, diría que se trata de una discusión sobre el modelo de desarrollo, sobre el modelo que necesitamos en América Latina. Seguimos dependiendo de un modelo basado en la extracción de recursos, en la dependencia extrema de los mercados internacionales para bienes primarios, por ejemplo.
— Cuando pensamos en los ricos, pensamos en multimillonarios de Estado Unidos, pero obviamente también hay ricos en Latinoamérica. Entiendo que la distribución geográfica de los ricos también está cambiando, ¿considera de tal cuenta que si no se toman medidas vamos a ver más ricos latinoamericanos con una huella de carbono preponderante?
Sí la métrica que nosotros utilizamos es por deciles o en el caso incluso del decil de más ricos, conseguimos hacer una separación de ese 1%. No lo hacemos de manera nominativa. Hemos utilizado algunos ejemplos, como el que señalaba hoy, de algunos millonarios como Bezos, con respecto al tema de los viajes (espaciales) y es un ejemplo que nos ha servido para colocar en la opinión pública el impacto que estas prácticas tienen con relación a una determinada cantidad de emisiones por parte de la población que ha generado.
Yo lo que te diría es que sí hay países en América Latina donde la brecha de desigualdad es particularmente expresiva y cada vez más cobra una relevancia mayor, como lo puede ser el caso de Brasil, Colombia o México, para mencionar tres de los países más significativos en términos de economías de la región, pero también de emisiones de carbono.
Entonces, evidentemente si los cálculos que estamos haciendo se cumplen es posible que sí apreciemos esa brecha de desigualdad, y la relación con las emisiones de estas élites y la responsabilidad que tengan en materia de emisiones en los países y en la contribución general a las emisiones globales.
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