Motivos de salud y cambio climático impulsan consumo de mariscos en México

En comparación con hace cinco años, el mercado de consumo de mariscos en México muestra una tendencia a la alza, por dos principales fact...
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En comparación con hace cinco años, el mercado de consumo de mariscos en México muestra una tendencia a la alza, por dos principales factores, la salud y preocupación por el cambio climático.

Así lo reveló el “Estudio de percepción de consumo de pescados y mariscos en México 2022”, elaborado por GlobeScan, publicado en el marco del lanzamiento del tercer Summit Latinoamericano por la Sustentabilidad Pesquera y Acuícola.

El estudio, auspiciado por el Consejo Mexicano de Promoción de los Productos Pesqueros y Acuícolas (Comepesca) y la organización Impacto Colectivo, es el primero que se hace en México y es clave para la toma de decisiones en el sector, expuso Luis Bourillón, de impacto colectivo, durante la presentación.

Una de las revelaciones más importantes, obtenida en la encuesta a consumidores, fue que un tercio de los mexicanos declara que come mariscos. De este porcentaje, solo un tercio los consume varias veces a la semana.

Para obtener la información, GlobeScan realizó un total de mil entrevistas, en una muestra que incluyó a hombres y mujeres mayores de 18 años en 20 ciudades del país, entre estas la Ciudad de México, Guadalajara, Monterrey; o costeras como Cancún, Acapulco, Tijuana o Veracruz.

Según el análisis, la principal razón de los mexicanos para no consumir mariscos es el precio. El hogar es el lugar donde más se ingieren estos alimentos, pues apenas 10% de los encuestados lo hace en restaurantes o lugares de comida rápida.

En consecuencia, el supermercado es donde más mariscos se compran.

El atún es el producto de mar que más se come en los hogares mexicanos, seguido del camarón, tilapia y salmón. No obstante, en cuanto a preferencias, el apetito se inclina en primer lugar por el camarón.

Luis Bourillón indicó durante la presentación que uno de los aprendizajes clave es el alto nivel de deseo de actuar de las personas para hacer consumo sustentable.

“Los consumidores quieren proteger los pescados y mariscos para que las siguientes generaciones puedan disfrutar”, explicó.

Los grupos de edades más jóvenes y las personas que viven en ciudades costeras son los que lideran el deseo de tomar acciones personales, según la encuesta. La forma más común: cambiar a comprar productos que protejan el océano.

El calamar y cangrejo son las especies que más dudan que haya disponibilidad en los próximos 20 años.

Los resultados fueron comparados con el estudio global “Vida Saludable y Sostenible”, donde también se muestra una tendencia a la alza de los mexicanos por consumir productos que protejan a los animales y tengan menor impacto en la naturaleza.

No obstante, la principal barrera para elegir productos con garantía de sostenibilidad en México es su disponibilidad.

De acuerdo con la Comisión Nacional de Pesca y Acuacultura (Conapesca), en el país alrededor del 25% del volumen de captura cuenta con certificado de sustentabilidad.

Según la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), en 2021 la producción pesquera alcanzó 1.9 millones de toneladas, con un valor en el mercado de 47 mil millones de pesos.

Inocuidad también es sustentabilidad

La pesca juega un papel esencial en la seguridad alimentaria del planeta, por lo que resulta imprescindible que la distribución de productos cumpla con las normas de sanidad necesarias, expuso la especialista Nelly Peña Haaz, consultora de buenas prácticas pecuarias.

Peña Haaz apuntó que para garantizar la inocuidad de los mariscos, la certeza de que no causarán daño al consumidor cuando sea ingerido, es necesario actuar en todos los niveles de la cadena alimentaria.

Las enfermedades transmitidas por alimentos pueden deberse a tres tipos de peligros, como se categorizan en el área de inocuidad: biológicos (bacterias o virus); químicos (plaguicidas, fertilizantes); físicos (por ejemplo, ingerir un anzuelo al comer un pescado).

Refirió que resulta más eficaz y menos costoso el eliminar o controlar riesgos alimentarios directamente en la producción que efectuar una supervisión en el producto final.

En el caso de la pesca y acuacultura, dijo, los procedimientos de prevención deben aplicarse desde las unidades de producción o embarcaciones.

De acuerdo con la experta, algunas de las acciones a tomar en el caso de la acuicultura son la selección adecuada del terreno, evitar el uso de medicamentos, optimizar los sistemas de regulación del agua y cuidar el proceso de matanza y eviscerado.

Con respecto a la pesca, recomienda usar equipo limpio y desinfectado, utilizar hielo potable para la conservación del producto, controlar el combustible y químicos a bordo, así como extremar la higiene del personal.

Para lograrlo, enfatizó Nelly Peña, es necesaria la intervención del sector público y privado, a fin de subsanar la falta de servicios e infraestructura.


Escrito por

Alejandro Castro

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