Cada vez más personas buscamos que cada una de las actividades nuestra vida tengan un impacto positivo en nuestro entorno y una de las formas de lograrlo es a través del consumo responsable e informado de productos sustentables. Acaba de pasar Semana Santa, una de las épocas en las que muchos mexicanos consumimos pescado. Sin embargo, sin información disponible acerca de qué pescado consumimos, no es posible saber si lo que estamos consumiendo es producto de comercio justo, pesca legal, producto nacional y muchas otras variantes.
Cada vez que comemos pescado estamos más cerca del mar y los pescadores. Para que ese pescado esté en nuestra mesa, un pescador o una pescadora salió en la madrugada al mar en su embarcación buscando peces. Comer pescado es una oportunidad para proteger el mar, al escoger especies capturadas responsablemente. Comer pescado es una oportunidad para generar un beneficio positivo en las comunidades pesqueras de México y ser parte de una cadena de valor más justa.
Hoy estamos perdiendo todas estas oportunidades porque hay sustitución de especies pesqueras. Cuando vamos a pescaderías, restaurantes y supermercados, más de una de cada tres veces nos dan una especie distinta a la que nos dicen que nos están vendiendo. Nos dan #GatoXLiebre. Esto no solo afecta nuestro bolsillos, pues en muchos casos nos venden una especie de menor valor a un precio mucho más alto; sino que también, sin saberlo, podemos estar contribuyendo a la extinción de alguna especie, pues muchas veces pescan especies en temporada de veda o menor a la talla permitida o una especie que está prohibido comercializar.
Como consumidores debemos exigir a la autoridad información acerca del producto pesquero que consumimos, ya sea para proteger especies en peligro, evitar la sobreexplotación de especies pesqueras, asegurar que el pescado que consumimos provenga de la pesca responsable, consumir productos pesqueros locales o apoyar a las comunidades pesqueras.
La sustitución de peces y mariscos afecta el medio ambiente, ya que no sabemos qué especies se pescan, en qué volumen, en dónde se pescan o cómo. No hay certeza de que se respeten las normas de conservación y de manejo pesquero. Además, facilita la pesca ilegal, lo que pone en riesgo los ecosistemas marinos.
Muchas veces, la sustitución se realiza con productos de Vietnam y China, lo que además aumenta nuestra huella de carbono al consumir pescado. Como consumidores, sin información no podemos tomar decisiones para beneficiar a comunidades pesqueras mexicanas, ni proteger nuestro medio ambiente, mucho menos realizar un consumo responsable.
Debemos exigir a la autoridad información para eliminar el engaño y asegurar que la especie anunciada sea realmente la especie que consumimos. Necesitamos conocer el trayecto del pescado del barco al plato, saber quién lo pescó, cómo, dónde y cuándo, para ello, la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (CONAPESCA) debe aprobar la Norma de Trazabilidad que tiene atorada desde 2019, así, con nuestro consumo podremos asegurar que apoyamos a comunidades pesqueras mexicanos.
Comentarios (0)