Tras reclamos, Semarnat ofrece permisos adicionales a comunidades del plan de orcas

Habitantes de La Ventana, El Sargento y Agua Amarga exigen que la regulación del turismo con orcas priorice a quienes viven del mar y no a empresas externas que los han aventajado en el esquema inicial.
single
El avistamiento de orcas impulsó un plan piloto federal que enfrenta tensiones entre las reglas impuestas por Semarnat y la organización comunitaria en La Ventana, El Sargento y Agua Amarga. Fuente: Yilmar Martínez.

A tres meses desde que entró en vigor el primer Plan de Manejo Tipo para el Avistamiento y Nado con Orcas en México, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) modificó su esquema de permisos tras reconocer que la distribución original dejó fuera a prestadores de servicios locales.

La autoridad federal confirmó la emisión de 10 permisos adicionales para incluir a habitantes de las comunidades de La Ventana, El Sargento y Agua Amarga que habían sido excluidos del primer listado de 50 autorizaciones. La decisión, revelada por la directora estatal de la dependencia, Cristina González Rubio San Vicente, corrige uno de los principales motivos de inconformidad y abre un proceso de diálogo con las comunidades.

“Ya se dieron los 50 permisos que en su momento se planteó, de estos se otorgaron 40 a personas de la comunidad y otros 10 que, desafortunadamente, no son de personas de la comunidad. Esto fue el principal descontento por parte de la comunidad y que entendemos perfectamente”, explicó González Rubio en entrevista para Causa Natura Media

“Nos comprometimos a dialogar con la Dirección General de Vida Silvestre para que esos 10 que no fueron dados para la comunidad se repongan a gente de la comunidad”, agregó.

orcase3.jpg
Los banderines otorgados por Semarnat marcan la nueva etapa regulada del nado y avistamiento de orcas. Fuente: Mesa Directiva Prestadores Turísticos Pueblos Unidos.

González Rubio reconoció que el reclamo es “genuino” y que el conflicto exhibe una limitación de la propia normatividad ambiental. Apuntó que la ley actual impide otorgar prioridad a las comunidades locales pues las autorizaciones se evalúan bajo los mismos criterios para todos los solicitantes. 

Desde las oficinas centrales “no siempre se alcanza a entender el contexto local”, dijo, por lo que considera necesario revisar la normativa para permitir que los beneficios recaigan primero en los habitantes locales.

El plan vigente del 1 de agosto de 2025 al 31 de julio de 2026 regula por primera vez en el país la interacción turística con orcas silvestres. Establece distancias de seguridad, horarios, límites de embarcaciones y protocolos de monitoreo satelital. 

Esta clase de delfín, cuya presencia en la bahía de La Ventana se ha vuelto un atractivo turístico en ascenso, motivó el ejercicio piloto impulsado por Semarnat de ordenar los avistamientos que crecían sin regulación formal.

La comunidad aceptó el plan “porque no quedó de otra”, explicó Heriberto Rosas, actual presidente de la Mesa Directiva Prestadores Turísticos Pueblos Unidos que agrupa a La Ventana, El Sargento y Agua Amarga. “Nos dijeron que era un plan piloto y que ya venía desde la Ciudad de México, que no se podía cambiar nada por ahora. Pues no había más que agarrarlo así, aunque no sirva”, relató.

El dirigente reconoce que la falta de presencia de orcas en esta temporada; la imposición de fechas de arranque del plan de avistamiento y nado; y la obligación de tomar capacitaciones sin consulta a las comunidades “complican mucho las cosas”, ya que buena parte de los capitanes no logran cumplir el nuevo esquema.

Un cambio de vida con obstáculos estructurales

El paso de la pesca al turismo ha significado para estas comunidades costeras un cambio de identidad y sustento. Muchos de los actuales capitanes son antiguos pescadores de tiburón o de mobula que ante las bajas de la pesca buscaron en el avistamiento de fauna una forma de ganarse la vida.

“A la pesca no quiero volver. Fue una etapa muy difícil... esto [el turismo] es seguro, sacas un cliente aunque veas o no veas cosas... pero si siguen dándonos la espalda, regresamos a la pesca, aunque tampoco queremos eso”, afirmó Alfredo Rojas, un capitán de Agua Amarga de quien se ha guardado su verdadero nombre. 

La implementación del plan exhibió la falta de acompañamiento en la transición al turismo  de los pescadores. Alfredo resume la frustración de muchos por el esfuerzo de años para conseguir una lancha y adaptarse al nuevo modelo que terminó en la exclusión de los permisos.

Uno de los compromisos establecidos fue la capacitación obligatoria en seguridad y primeros auxilios para capitanes y guías. Hasta ahora ya se ha impartido uno de 10 cursos programados. Éste tuvo costo por ser impartido por un privado acreditado por Protección Civil.

Los costos de los cursos han sido un punto de tensión con la comunidad y la renuencia a pagar montos que rondan en los 5 mil 800 pesos también ha permitido que foráneos se adelanten en la obtención de permisos, acusan los pescadores. 

Frente a esa desigualdad, las comunidades tomaron el control sobre las rampas y accesos a las embarcaciones. “Aquí el pueblo manda, cuando menos, la lancha que salga de aquí tiene que ser de aquí. La gente que es de fuera no la vamos a dejar salir para lo de orcas”, afirma Rosas.

Sin embargo, los cursos son obligatorios para mantener los permisos. “Hay términos y condicionantes que están plasmados en su autorización. El curso de capacitación y el sistema de monitoreo satelital son obligatorios. Si no las cumplen es motivo para que en una segunda temporada no sean beneficiarios de permiso", dijo González sobre esta autorización que dura un año.

La funcionaria apuntó que se apoyan en el Ayuntamiento de La Paz a través de la dirección de Turismo para evitar que la mayoría de los cursos tengan costos, al tiempo que pescadores locales piden que sea la Cruz Roja u opciones más económicas la que imparta los mismos.

La organización como respuesta

En aras de fortalecer la comunicación con los líderes comunitarios, la Semarnat acompañó la elección de una mesa directiva. Un comité de vigilancia participativa conformado por miembros de las tres localidades recibirá capacitaciones de Profepa.

La mesa directiva comunitaria está integrada por ”puros locales”, aclaró Rosas. Una petición realizada por 34 pescadores de la zona fue entregada a Cristina González Rubio el 17 de octubre.

El documento plantea que se otorgue prioridad a los habitantes originarios de Agua Amarga, El Sargento y La Ventana frente a foráneos; que se retiren los permisos concedidos a empresas externas; que toda operación foránea se realice contratando únicamente personal local, y que se reconozca el papel de los pobladores como quienes “comparten una genuina vocación de servicio hacia su comunidad y conocen de primera mano la problemática que los afecta”.

orcas BCS (1).jpg
 Representantes de las comunidades de La Ventana, El Sargento y Agua Amarga durante una de las mesas de diálogo con autoridades ambientales por la asignación de permisos. Fuente: Mesa Directiva Prestadores Turísticos Pueblos Unidos.

“Si siguen trabajando empresas de fuera, el beneficio se va a ir para afuera”, advirtió Rosas, pese a que los locales “han vivido toda su vida del mar y son los que realmente conocen cómo hacerlo”.

Juventudes se involucran en el “blindaje” de su bahía 

Entre las nuevas figuras que emergieron de la problemática destaca Víctor Flores, joven de 23 años de edad residente de La Ventana que ha encabezado el proyecto de propuesta de una Unidad de Manejo Ambiental (UMA) marina.

Las UMA son espacios legalmente registrados donde se aplican planes de manejo autorizados por la Semarnat. Su fin principal es conservar los ecosistemas y las especies que los habitan, aunque también pueden destinarse a actividades de restauración, investigación, educación ambiental o aprovechamiento sustentable.

El esquema contempla un comité financiero con representantes de las tres comunidades, encargado de decidir colectivamente el uso de los recursos: desde mejorar la rampa de desembarque hasta financiar embarcaciones de vigilancia. 

Según Víctor Flores, el propósito es que los planes de manejo sean diseñados y administrados por los propios habitantes para impedir que intereses externos controlen lo que pertenece a La Ventana, El Sargento y Agua Amarga.

“Era el principal problema aquí en la comunidad que otras personas de fuera, vinieran y quitaran este trabajo a los locales. Esa preocupación justamente fue lo que pasó… Varios prestadores de servicios turísticos de la comunidad quedaron fuera desde el comienzo, y hubo personas que se aprovecharon de eso”, señaló Flores.

Un proceso en curso

Entre los requerimientos del plan de manejo con orcas se incluye la instalación de sistemas de monitoreo satelital en las embarcaciones autorizadas, con el fin de asegurar su localización y seguridad en tiempo real. 

González Rubio explicó que el modelo aún se evalúa y será consensuado con las comunidades. Éste podría replicar esquemas ya aplicados en el avistamiento de tiburón ballena o en áreas naturales protegidas.

“Queremos tener una reunión con los compañeros permisionados para que vean los ejemplos y  ellos van a decidir con qué sistema se van a quedar. Estos sistemas representan un costo para ellos, algunos son mensuales y otros anuales".

Los sistemas de monitoreo también derivarán en bases de datos ecológicos. “Vemos mucho valor en tener automatizada la generación y recopilación de datos... el plan de manejo establece que los prestadores registren todo lo que observan, no nada más de orcas, sino de toda la megafauna que habita la zona del Sargento y La Ventana”, explicó la funcionaria.

Sobre el anuncio de diez permisos adicionales por parte de Semarnat, Rosas confirma que la comunidad fue notificada, pero aún sin resultados concretos: “Sí, nos dijeron eso, pero no ha habido entrega”.

Aun así, el dirigente mantiene un tono conciliador hacia la autoridad estatal. Por su parte, Semarnat asegura que “se ha ganado la confianza” y que el diálogo continúa. 

Así el proceso de nado con orcas en Baja California Sur ha abierto un precedente sobre la regulación ambiental y turística que sólo puede sostenerse si es construida con las comunidades que viven del mar.

“Estamos desconcertados, creíamos que el banderín iba a ser un beneficio muy grande y al parecer nos está limitando. Nos metió en problemas”, concluyó Rosas.

Ante esa realidad, la comunidad ha decidido mantenerse firme: si en la siguiente renovación los permisos vuelven a beneficiar a externos, “vamos a tener que hacer algo más serio, más contundente”, concluyó el dirigente. “Con el pueblo todo, y sin el pueblo nada”.

Escrito por

Emilio Avendaño

Comentarios (0)

Causanatura Media

A través del periodismo de investigación reafirmamos nuestro compromiso con el derecho humano a la información