El turismo ha ganado terreno entre las actividades autorizadas dentro de las Áreas Naturales Protegidas (ANP) del Noroeste del país.
El turismo abarcó el 51% de las 629 autorizaciones para realizar actividades, entre 2015 y marzo 2021, en las reservas de la Biosfera Alto Golfo de California y Delta Río Colorado, de la Biosfera El Pinacate y Gran Desierto de Altar, Biósfera San Pedro Mártir; y en las áreas de protección de flora y fauna Bavispe, Sierra de Álamos-Río Cuchujaqui, Meseta de Cacaxtla, Islas del Golfo de California-Sinaloa y Sonora.
“El turismo en las ANP es una de las tantas actividades que se desarrollan. Es una actividad económica que tiene un fin. Generar ingresos a partir de la explotaciones de bienes y servicios ambientales, que podemos llamarle el escenario, hasta actividades muy detalladas como el hiking o la pesca deportiva en algunos casos”, explicó Carlos Israel Vázquez León, investigador del departamento de Estudios Urbanos y del Medio Ambiente del Colegio de la Frontera Norte (Colef).
El resto de actividades autorizadas en dichas ANP corresponden en 22% a servicios comerciales, 13% a investigación científica, 7% a filmaciones, 4% a las de educación ambiental, 2% a obras de exploración y explotación, de acuerdo con datos de la dirección regional del Noroeste y Alto Golfo de California de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).
El profesor explicó que actividades como las filmaciones culturales o científicas están generalmente muy reguladas en las ANP del país y deberían ser prioritarias para generar conciencia en los mexicanos. Al tiempo que se han dado casos, como en Cabo Pulmo en Baja California Sur donde muchos visitantes empezaron a llegar.
“Pero, afortunadamente la gente que va a ir ya tiene una conciencia y es lo que puede pasar en la Isla del Tiburón, en la isla Todos Santos, en el Golfo de California, en la Sierra Álamos (Río-Cuchujaqui), estos mecanismos de difusión educan a quien quiera ir a ver lo, porque ya da una noción de a dónde va y a qué va, y ya sabrá que tiene que haber regulación”, detalló el investigador.
Por otro lado, la regulación de estas actividades de menor impacto que las actividades de exploración o explotación abona a la protección ambiental.
“Incluso hablan de la carga que se le hace al sistema. O sea vamos a tener tantos visitantes por un área definida. La creación o la generación de documentales es muy buena. Yo creo que es una actividad que se debe de promover porque difunde el patrimonio natural que tenemos y segundo la necesidad de protegerlo”, dijo Vázquez.
ANP del Noroeste
El Área de Protección de Flora y Fauna Islas del Golfo de California-Sinaloa encabeza la lista de ANP con mayor número de autorizaciones para actividades en el Noroeste, un 55% del total regional, de acuerdo con información entregada por la dirección regional del Noroeste y Alto Golfo de California de la Conanp.
De las 351 autorizaciones en dicha ANP el 60% corresponden a permisos turísticos y 40% a comerciales.
En segundo y tercer lugar de la región Noroeste, la Reserva de la Biósfera Isla San Pedro Mártir y las Islas del Golfo de California en Sonora ocupan, de forma correspondiente, el 12 y 11% del total de autorizaciones de dicha región.
Vale decir que si bien, las autoridades enlistan las autorizaciones para los diversos tipos de actividad, las actividades ilegales tienen un impacto mayor en los ecosistemas de las ANP.
"Un dato numérico nadie la conoce, pero de las reservas de la Biósfera que he visitado puedo decirlo que las actividades no permitidas son intensas, superan en mucho a las actividades de regulación y control. Es decir, sí estoy seguro que las actividades no permitidas son superiores en términos de intensidad o práctica”, dijo Vázquez.
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