El pasado lunes 14 de diciembre de 2020, el embajador Santiago Wills, líder de la mesa de negociaciones sobre subsidios pesqueros en la Organización Mundial de Comercio (OMC), anunció que no se cumplió a tiempo con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 14.6 (ODS) que indicaba el 2020 como la fecha para lograr la eliminación de subsidios que contribuyen a la pesca ilegal, así como de ciertas formas de subsidios que fomentan el exceso de pesca.
Es cierto, la situación generada por la pandemia fue sin duda un factor que frenó las negociaciones; pero el desacuerdo entre los países miembros de la OMC sigue siendo el principal obstáculo. Sin embargo, el embajador Wills terminó su intervención con un mensaje de optimismo “El haber fallado con la fecha limite no debe descorazonarnos; por lo contrario, debemos entusiasmarnos por el progreso logrado, el impulso generado y la oportunidad única que tenemos para concluir con este proceso”.
Desde la Ronda de negociaciones de Doha en 2001, los ministros de comercio de los países integrantes de la OMC destacaron la importancia de impulsar una reforma en los subsidios pesqueros. Esta intención perdió impulso hasta 2009, cuando en la séptima reunión ministerial, el embajador Valles presentó una propuesta de reforma. En ese momento la mayor parte de los países en desarrollo se opusieron a la reforma argumentando su derecho a desarrollar una flota pesquera y su obligación con las comunidades pesqueras artesanales, por lo que solicitaban un trato especial y diferenciado que prácticamente los excluía de la reforma.
Esta oposición frenó las negociaciones; sin embargo, abrió una serie de discusiones sobre la validez de los argumentos. A partir de la novena reunión ministerial en 2013, se empezaron a generar cada vez mas datos que ponían en tela de juicio de los argumentos de los países en desarrollo en contra de la reforma. Algunos de los puntos destacables fueron los siguientes:
- El 51% de los subsidios otorgados en el mundo son entregados por tan solo 5 estados miembros de la OMC; cuando regiones completas como América Latina representa sólo el 5.6% de los subsidios pesqueros del mundo; por lo que una reforma que prohíba los subsidios para todos los países mejoraría las condiciones comerciales de las naciones en desarrollo.
- La mayor parte de los subsidios a nivel mundial son recibidos por las grandes flotas, dejando a los pescadores artesanales con solo una pequeña fracción. Para el caso de México Causa Natura mostró que entre 2011 y 2016 la flota artesanal solo recibe el 28% de los subsidios al combustible y que tan sólo 20% de los participantes acaparaban el 80% de los subsidios.
- Los subsidios no han contribuido a mejorar la productividad pesquera. Las capturas pesqueras a nivel mundial no han crecido desde principios de los noventa, pese a los subsidios; y en algunos casos como en México, se ha demostrado que la productividad disminuye conforme aumenta el número de embarcaciones, lo que implica que los subsidios que contribuyen al aumento de esfuerzo tienen impactos negativos en la productividad.
Muchos de estos argumentos hicieron resonancia en las Naciones Unidas. En septiembre de 2015, cuando se anunciaron los Objetivos del Desarrollo Sostenible, se estableció una meta específicamente para prohibir algunos tipos de subsidios pequeros y dando a la OMC la responsabilidad de esta meta.
Para lograr este cometido la OMC designó al embajador Zapata quien estableció una mesa de discusión para aspectos procesos y controversias y tres mesas técnicas: una de ellas para tratar el tema de los subsidios que general pesca ilegal, otra para los subsidios sobre los acervos pesqueros sobreexplotados y la tercera para analizar el tema de los subsidios que aumentan el esfuerzo pesquero y la sobrepesca. Con la primera mesa cerca de llegar a un acuerdo, la segunda con avances y la tercera con muy poco progreso se llegó a la reunión décima primera reunión ministerial en 2017 en donde los ministros de comercio de los países miembros firmaron un pacto en el que se comprometieron a llegar a un acuerdo para reglamentar los subsidios pesqueros en 2020. Actualmente el líder de la mesa de discusión sobre subsidios pesqueros es el embajador Wills, quien presentó texto consolidado; sin embargo, un nuevo año terminó y no se cumplió la meta.
Mientras los negociadores en Ginebra discuten la reforma, los mares han sido la víctima de esta incapacidad de llegar a un acuerdo. Cuando inició la ronda de Doha, el 25% de los acervos pesqueros tenían potencial de desarrollo; hoy en día tan solo el 5% mantienen en esta situación. De acuerdo con el Banco Mundial cada año se pierden 83,000 millones de dólares en ineficiencias en la pesca –muchas de ellas generadas por el mal otorgamiento de las subvenciones, partiendo de esta cifra, en 20 años las perdidas ascenderían 1,660,000 millones de dólares. Cada año se otorgan en el mundo 35,400 millones de dólares en subsidios y 22,200 millones son subsidios que aumentan la sobrecapacidad y la sobrepesca. En 20 años, serían más de 400,000 millones de dólares usados en este tipo de subsidios en vez de invertirse en mejorar el manejo pesquero y la salud de los mares. Esto es algo que no nos podemos permitir. En el mundo 39 millones de personas dependen de la pesca silvestre para sobrevivir, por lo que el titubeo y la lentitud en llegar a acuerdos ponen en riesgo la viabilidad y la forma de vida de millones de familias. En 2020 no se llegó a la meta; esperemos que 2021 nos traiga mejores noticias.
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