Las olas del mar que rompen en la terminal marítima de Salina Cruz, Oaxaca, pintan de negro lo que tocan: las gigantes piedras, las redes de los pescadores y los trajes de buceo.
La causa que documentan los pobladores es el derrame de hidrocarburos en las aguas del puerto por actividad de la refinería “Antonio Dovalí Jaime” de Petróleos Mexicanos (Pemex), en operación desde 1979.
“Los derrames son constantes. Además de los grandes que han habido en las monoboyas y que contaminan las playas, hay otras fugas frecuentes”, relató Eleazar Flores Pérez, quien ha sido buceador y pescador de la zona por 40 años. “También cuando los barcos petroleros lavan sus tanques, toda esa agua la tiran al mar”, agregó.
Eleazar dirige la Cooperativa de Buzos Pescadores de Roca Mar, la cual tiene un permiso otorgado por Pemex para entrar a las aguas de la terminal marítima. A diario, más de 35 buzos pescadores trabajan en las escolleras frente a una tubería que desemboca en el mar. Allí, cerca del Muelle número 9 donde arriban los buques y el Muelle número 7 donde las embarcaciones cargan combustible.
Apenas el pasado junio, medios locales informaron sobre un derrame en la Bahía de La Ventosa, en el puerto de Salina Cruz. El año pasado, las comunidades de Salinas del Marqués y Playa Azul también fueron afectadas por la fuga de una monoboya manejada por Pemex.
“Tengo 12 años como representante legal de la Cooperativa Roca Mar y durante estos años he acudido infinidad de veces a Pemex, incluso con funcionarios que ya se jubilaron. Hemos estado allí constantemente. Cada derrame metemos oficios pero no hay un apoyo”, agregó Eleazar Flores.
Acuerdo entre Pemex y la Cooperativa de Buzos Pescadores de Roca Mar firmado en 1993 para trabajar en la terminal marítima. Foto: Cooperativa de Buzos Pescadores de Roca Mar
Los peligros de nadar en gasolina
Los buzos pescadores de Roca Mar no son los únicos organizados. Desde 2017 se registran manifestaciones de pobladores que piden la intervención de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) para que Pemex tome responsabilidad en el tema de contaminación.
“El petróleo o cualquier tipo de hidrocarburos, crudo o refinado, daña los ecosistemas marinos produciendo uno o varios de los siguientes efectos: muerte de los organismos por asfixia, disminución de la resistencia o aumento de infecciones en las especies, efectos negativos sobre la fauna y flora marina”, explicó la organización.
Además, Pemex está evaluada como la tercera petrolera a nivel mundial con mayores impactos ambientales y sociales. De acuerdo con los indicadores ESG de sostenibilidad de Sustainalytics, la empresa mexicana supera los 50 puntos permitidos con 56.7.
La información se publicó el pasado mayo en el estudio “La responsabilidad corporativa de Pemex a prueba” de México Evalúa enfocado en la Termoeléctrica de Tula. El primer lugar lo ocupa la china Guaunhui Energy con 59.7 y el segundo lo tiene la estadounidense Parsley Energy con 57.3.
¿Qué pasa cuando vierten el combustible al mar? “La garra de león, gallo de margarita, almeja reina, todos se murieron… Todo ese producto del mar murió. Ha disminuido mucho y nos ha afectado a nosotros”, respondió Eleazar Flores.
Las especies llevan décadas muriendo. Por ejemplo, en 2010 la Profepa presentó una denuncia penal en contra de Pemex por la muerte de tortugas marinas y daños a playas y manglares por “presunto derrame de hidrocarburos” registrados ese año en la monoboya tres.
De acuerdo a los dictámenes emitidos por especialistas del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y del laboratorio de la Policía Federal, las tortugas presentaron “afectación y daño sistémico e intoxicación por hidrocarburos”.
Además, las secuelas de casi 30 años de trabajo en la terminal marítima también son cotidianas. Eleazar, como a sus compañeros, experimenta caída de cabello y erupciones en la piel. Cuando esto ocurre, utiliza diferentes tipos de cremas y ungüentos para calmar la comezón y los granos que le brotan en el cuerpo.
“Nosotros (los pescadores) también somos buzos. Estamos en el agua, completamente en el agua. Las descargan afectan nuestra salud, matan especies y contaminan el mar”, resumió.
De acuerdo con Greenpeace, el petróleo o sus componentes pueden entrar en contacto con el cuerpo humano a través de tres rutas: absorción por la piel, ingestión de comida y bebida, y la inhalación a través de la respiración. Dichas exposiciones pueden irritar la piel, causar comezón o irritación de los ojos, náuseas, mareo, vértigo o dolores de cabeza. En casos más severos, neumonía o enfermedades crónicas.
Fotografías de artes de pesca manchadas por el mar, documentada por buzos pescadores de Salina Cruz. Foto: Cooperativa de Buzos Pescadores de Roca Mar
Sustentabilidad a precios bajos
El último Informe de Sustentabilidad de Pemex menciona la incorporación de la petrolera en el Plan de Negocios 2019 – 2023 para lograr reducir el impacto ambiental de la empresa.
Algunas de las acciones con las que se compromete son reducir el índice de uso de agua e incrementar el reúso en refinerías, contribuir a la mitigación de los efectos del cambio climático, reducir las emisiones de bióxido de azufre y conservar sus servicios ambientales.
Sin embargo, de 2016 a 2017 se dio un recorte del 48% en el presupuesto asignado por concepto de entorno ecológico, es decir, acciones para reducir el impacto ambiental. Los recortes siguieron: de 2017 a 2018 fue del 43%, mientras que la caída del 2018 al 2019 fue de 72%, según datos de la Auditoria Superior de la Federación.
“Es urgente que Pemex mida y evalúe sus riesgos ESG, tanto para atender los daños en las comunidades, como para ganar relevancia en materia de inversión y acceder a mejores condiciones de financiamiento. La petrolera también debe considerar temas como el acceso a la tierra de las comunidades locales, su derecho a la salud y a un nivel de vida adecuado”, compartió México Evalúa en un comunicado tras la publicación de su estudio en Tula, Hidalgo.
Para los buzos pescadores de Salina Cruz, la primera medida que debería tomarse es el adecuado mantenimiento del equipo de Pemex. En casos más extremos, su adaptación a una zona del mar no contaminada.
“Simplemente que hablen con nosotros (los pescadores) o nos reinstalen en algún lugar con menos afectación. Queremos buscar otra alternativa porque la contaminación por los derrames son constantes. Están aquí, estas constantes fugas que no siempre llegan a las playas pero están pasando en esta área, donde ellos cargan sus buques”, concluyó Eleazar Flores.
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