El Bosque es una comunidad pesquera en Centla, Tabasco, que se mantiene en fragmentos. Casas y escuelas derrumbadas por huracanes, tormentas y olas, refugios improvisados con láminas y el mar cada vez más adentro. Todo a causa de la erosión marina que, a su vez, es resultado de la crisis climática.
La zozobra de El Bosque comenzó en 2019, cuando la comunidad ubicada en el sureste de México, perdió la primera línea de casas que se encontraban más cercanas al mar. Lo que ha ocasionado la migración de más de 50 familias, mientras que quienes no cuentan con opciones permanecen en los refugios.
“El mar ha arrasado con todo, no es como un huracán que después de pasar decimos ‘voy a ver qué lámina quedó buena’ o ‘me quedo en la tierra para volver a empezar’. Aquí no hay de donde volver a empezar”, describió Guadalupe Cobos Pacheco, pobladora de El Bosque, durante su presentación en el evento Echando Redes Climáticas celebrado en la Ciudad de México.
En dicho evento organizado por la Walton Family Foundation, la productora La Corriente de Golfo y Conexiones Climáticas (que ha sido una de las organizaciones encargadas de acompañar a la comunidad) también estuvieron presentes pescadores representantes de otras partes del país, organizaciones de la sociedad civil y periodistas.
Para Guadalupe es necesario que haya una reubicación de la población afectada, pero también que se atiendan las condiciones en las que viven actualmente quienes no se han ido. Con casas que siguen cayendo, niños y niñas sin poder acudir a clases, falta de luz y el mar avanzando con rapidez.
“Necesitamos que hablen de lo que nos está pasando, que conozcan más, que vean lo que estamos viviendo porque ya estamos dentro de una crisis climática. El cambio climático ya llegó y nos está rebasando”, señaló Guadalupe.
Imágenes satelitales de Google Earth que permiten ver el avance de la erosión marina y el crecimiento del nivel del mar en El Bosque.
En espera de la tormenta
“Antes El Bosque era una comunidad muy hermosa, una de las mejores playas de Tabasco”, describió Guadalupe Cobos, quien junto con su familia se dedica a la pesca. La última temporada donde las olas y las tormentas golpearon con fuerza fue en noviembre y diciembre del año pasado, impidiendo también que pescadores salieran a trabajar.
Hasta noviembre se habían perdido 30 viviendas, con el riesgo de perder otra escuela primaria y 20 casas más durante los siguientes meses, de acuerdo con evaluaciones de Greenpeace.
Incluso, la organización aprovechó el marco de la inauguración de la Conferencia de las Partes (COP27) para hablar y compartir información sobre los efectos de la crisis climática en México. Particularmente, en Tabasco que “se encuentra en una situación de alta vulnerabilidad debido a su ubicación geográfica y factores de inequidad”, expresó.
Respecto a las autoridades mexicanas, el pasado 6 de febrero en la conferencia de prensa matutina, el presidente Andrés Manuel López Obrador dio instrucciones a Jorge Nuño Lara, secretario de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, para atender la reubicación de toda la población afectada.
La comunidad de El Bosque ha tenido conversaciones con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, pero no se han tomado acciones.
El conteo actual de hogares perdidos es de 36, puntualizó Guadalupe durante la presentación.
Agregó que aunque recientemente el clima ha favorecido la pesca y no hay más riesgos, “cuando el mar se calma, nuestro corazón se calma”, sabe que la preocupación regresará en aproximadamente 80 días cuando comience la temporada de huracanes y tormentas.
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