Falta de recursos para ANP en Isla Holbox frena protección ambiental pese a nuevos acuerdos

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El reciente Acuerdo para la protección de la Zona Federal Marítimo Terrestre de la Isla Chica en Holbox, Quintana Roo, se ve atravesado por la falta de presupuesto a las instituciones encargadas de las Áreas Naturales Protegidas (ANP), compartió Aarón Siller, experto senior en el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA).

Apenas el pasado 3 de febrero, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) anunció en el Diario Oficial de la Federación (DOF) que, como parte de dicho Acuerdo, se destinará a la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) más de 785 mil metros cuadrados de playa marítima, de zona federal marítimo terrestre y de terrenos ganados al mar.

El propósito es que la Conanp se responsabilice de la conservación y el manejo sustentable de la Isla Chica. Este sería el segundo Acuerdo emitido por la Semarnat para Holbox. En junio del año pasado también se publicó en el DOF que se integrarían 33 mil 128 metros cuadrados de la Isla Grande a la Conanp.

“Pero muchos de estos acuerdos de papel son ineficientes si no se ponen los recursos para operar. […] En la última década se ha venido reduciendo el presupuesto federal para las Áreas Naturales Protegidas. Eso complica la conservación porque no hay recursos como vehículos suficientes para inspección y vigilancia, incluso a veces ni siquiera se tiene gasolina para realizar actividades”, señaló Siller.

Turistas de paseo en las calles Holbox, Quintana Roo. Foto: Elizabeth Ruiz/Cuartoscuro. Turistas de paseo en las calles Holbox, Quintana Roo. Foto: Elizabeth Ruiz/Cuartoscuro.

Turistas de paseo en las calles Holbox, Quintana Roo. Foto: Elizabeth Ruiz/Cuartoscuro.

La Isla de Holbox se encuentra dentro de Yum Balam, una zona en el municipio Lázaro Cárdenas, a menos de 200 kilómetros de Cancún, decretada como Área de Protección de Flora y Fauna desde 1994. También tiene la distinción internacional de Ramsar por su franja de manglares, además de ser hogar de especies en conservación como jaguares, cocodrilos americanos y de pantano, tortugas marinas y manatíes.

Sin embargo, durante la última década la amenaza del turismo extractivo ha ocupado Holbox generando consecuencias ambientales. Por ejemplo, la extensión de la avenida Kuká que provocó la tala de manglar en febrero del año pasado, como parte de los trabajos de megaproyectos turísticos en Isla Grande, de acuerdo con las denuncias de organizaciones como el Grupo Gema del Mayab, Centinelas del Agua A.C. y el CEMDA.

“Holbox en los últimos diez años ha tenido un crecimiento exponencial de turismo por lo cual el lugar ha cambiado. Después de ser un pueblo de pescadores ahora es vista como una zona de turistas… El cambio de uso de la isla y presencia de hoteles ha derivado en problemas ambientales. En el caso de la Isla Chica se reflejan en la falta de saneamiento, problemas con la basura y el agua, inundaciones…”, describió Aarón Siller del CEMDA.

Un plan de manejo sin efectivo

Para este 2022, el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) en el ramo de medio ambiente tendrá un aumento del 30% en comparación con el año pasado. Sin embargo, el 95.2% de dicho incremento se destinará a la Comisión Nacional del Agua (Conagua). Mientras que otras dependencias como la Conanp, la Procuraduría Federal de Medio Ambiente (Profepa) y la Comisión Nacional Forestal (Conafor) quedan en el rezago.

En el caso de la Conanp sólo se asignaron 887 millones de pesos en contraste con los más de 33 mil millones que manejará Conagua.

Lo que dejaría a las Áreas Naturales Protegidas con un promedio de 9.7 pesos por hectárea para su cuidado, de acuerdo con estimaciones del estudio “Cuidar lo que importa: Presupuesto para el patrimonio natural”, impulsado por Fundar, la Sociedad de Historia Natural Niparajá y Pronatura Noroeste.

Según la Semarnat, el nuevo Acuerdo para la protección de la Zona Federal Marítimo Terrestre de la Isla Chica en Holbox permitirá “llevar a cabo acciones de protección, conservación y manejo sustentable de sus recursos de acuerdo con lo que establece el programa de manejo del Área de Protección de Flora y Fauna Yum Balam donde se encuentra esta isla”.

“Ya hay un programa de manejo, también hay políticas complementarias, pero partimos de la necesidad de los recursos para implementarlas. Adicionalmente se siguen perpetrando delitos ambientales, tanto dentro de la zona federal como fuera de ella, y volvemos a lo mismo, la Profepa que debería darles seguimiento no tiene recursos”, insistió el experto senior del CEMDA.


Conforme al con el PEF 2022, para este año la Profepa sólo recibirá 776 millones de pesos, un incremento de 34 millones a comparación del año pasado.

Un monstruo en el manglar

A pesar de los recientes Acuerdos y el programa de manejo para el ANP de Yum Balam, la Semarnat continúa recibiendo y evaluando Manifestaciones de Impacto Ambiental (MIA) para el establecimiento de proyectos inmobiliarios como son la creación de departamentos y hoteles.

Sólo en 2018, la Profepa clausuró obras y actividades del proyecto “Departamentos Grip Holbox” de más de mil cien metros cuadrados, debido al desmonte y uso de fuego para la remoción de vegetación, principalmente de mangle. Este se podría considerar el caso documentado más reciente en el que intervinieron las autoridades.

“Hay mucha presión por construir en Isla Grande, por hacer desarrollos turísticos, pero no se tienen las condiciones óptimas para lograrlo. Hay una situación ambiental frágil”, explicó Siller.

Además, en el programa de manejo de Yum Balam, publicado en octubre de 2018, se enumera la lista de actividades no permitidas como es el caso de “alterar o destruir por cualquier medio o acción los sitios de alimentación, anidación, refugio o reproducción de las especies de vida silvestre” y “construcción de obra pública o privada, a excepción de andadores, senderos y de clubes de playa y de infraestructura de apoyo a las actividades de conservación”.

La destrucción de zonas como los manglares representa un desequilibrio ecológico al tratarse de ecosistemas que protegen de tormentas, inundaciones y ciclones, al igual que filtran contaminantes evitando que lleguen a mares y funcionan como sumideros de carbono, según información de la Asociación Interamericana para la Defensa del Medio Ambiente (AIDA).

“Ya existen estos proyectos turísticos, pero habría que hacernos la pregunta de si necesitamos otro Cancún en Holbox a cuesta de los recursos naturales”, concluyó Siller.

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