En el corazón de Cancún, Quintana Roo, colindando con la zona hotelera más exclusiva y visitada de este paraíso tropical, se encuentra la Laguna Nichupté. Actualmente, el constante desarrollo hotelero y la construcción de infraestructura han impactado gravemente sus aguas, cada vez más contaminadas.
En entrevista exclusiva para Causa Natura Media, el biólogo Eduardo Cejudo Espinosa, experto en humedales, lagos y lagunas costeras, con más de siete años dedicados al estudio de la Laguna Nichupté e investigador adscrito al Centro de Investigación Científica de Yucatán, comparte su perspectiva sobre los problemas ambientales que enfrenta este ecosistema.
Cejudo Espinosa destaca dos problemas en la laguna Nichupté: el intenso tráfico de embarcaciones, que genera contaminación por fugas de combustible y desgaste de motores, y las embarcaciones abandonadas o hundidas, que afectan el ecosistema con materiales contaminantes. Aunque existen regulaciones, no hay mecanismos efectivos para retirar las embarcaciones dañadas.
La entrevista con Eduardo Cejudo Espinosa ha sido editada para su claridad.
—¿Cuándo comienza la contaminación en la laguna Nichupté?
Desde que Cancún se fundó, el impacto a la laguna ha sido claro. Lo que actualmente conocemos como la zona hotelera era una isla de barrera, originalmente no había nada ahí. En cuanto comenzó a haber construcciones sobre esta isla de barrera y alrededor de la laguna, los impactos comenzaron.
—¿Cómo sucede la contaminación por descargas directas de aguas residuales en la laguna Nichupté?
Cuando se comenzó a pavimentar y a hacer zonas de vías de comunicación rápida, el agua de lluvia escurría todo lo que había en las carreteras, desde polvo, basura, residuos sólidos urbanos, hasta todo lo que va disuelto en el agua. Entonces, uno de los primeros impactos indudablemente fue el agua que escurría de alrededor de la ciudad.
Recientemente, un estudio financiado por el gobierno municipal ("Estudio de la Calidad del Agua en el Corredor Turístico de Cancún”, en abril de 2021, realizado por la empresa AyMA Ingeniería y Consultoría por encargo del Municipio de Benito Juárez y Empresas Turísticas de Cancún, bajo el contrato No. MBJ-OFM-DRM-143-2020) encontró que aún existen descargas no reguladas de algunos negocios establecidos en la zona hotelera.
—¿Cómo el exceso de embarcaciones contaminan la laguna Nichupté?
Hay dos asuntos que son muy evidentes y que podríamos pensar que están contribuyendo a condiciones negativas en la laguna. El primero de ellos es la gran intensidad de tráfico de embarcaciones.
Este impacto pudiéramos pensar que no es tan grande, pero asociado al desplazamiento de las embarcaciones, hay combustible y puede haber potenciales fugas de lubricantes. e incluso las partes de rodamiento, el motor en sí de una embarcación puede tener desgaste, y pequeñas partículas a modo de polvo puedan caer al agua. Una buena parte de las personas que estamos estudiando el área pensamos que hay un impacto, pero no lo tenemos cuantificado.
Y el segundo es la gran cantidad de embarcaciones abandonadas o ya prácticamente sumergidas por naufragio y que no se han retirado de la laguna.
En algunas ocasiones los dueños de las embarcaciones tratan de recuperar lo más posible, pero el sólo hecho de tener la estructura metálica con algunas partes probablemente ya no rescatadas, es potencialmente una fuente de sustancias que de manera natural no deberían estar en la laguna.
—¿Es decir que no hay una regulación de quién puede usar o no su embarcación dentro de la laguna Nichupté?
La regulación sobre la existencia de embarcaciones existe, todas deben de estar registradas ante la Capitanía de Puerto y deben de tener una matrícula, eso sí está regulado.
Lo que no está regulado ni bien administrado por diferentes razones y por correspondencia a diferentes entidades administrativas de diferente nivel de gobierno, es que cuando una embarcación sufre un daño en la laguna, sí hay una obligación de la persona dueña o responsable de la embarcación de retirarla, pero no hay un mecanismo actualmente que los obligue a hacerlo.
—Hay un fenómeno muy evidente, son los desarrollos hoteleros y de infraestructura en general, ¿ha visto que estos influyan en la laguna?
No podría decirle con certeza que haya una influencia directa. Una de las influencias indirectas que se ha notado, y probablemente no directamente al cuerpo de agua, es que las construcciones en esta zona de arena dañan otras construcciones, por ejemplo el golpeteo de la cimentación, el acarreo de material, la circulación de vehículos de carga puede afectar otras construcciones y esto posiblemente cause que se rompa alguna tubería, que se desprenda algún material, pero no tendría evidencia paradecirles si están claramente teniendo un impacto.
—La construcción del Puente Vehicular Nichupté, que actualmente tiene un avance del 68% y está diseñado para cruzar por encima de la laguna Nichupté en Cancún, ha generado preocupación en torno a sus posibles impactos ambientales, particularmente en relación con la contaminación y los riesgos para el ecosistema de la laguna. ¿Qué opina de esto?
El puente va a tener una extensión de aproximadamente 8 km sobre el agua, y bueno, para mí particularmente y para muchas organizaciones, sociedad organizada, al desconocer la magnitud del impacto, no sabemos qué es lo que pudiera pasar. Y por algún tiempo se evitó la construcción del puente bajo el principio de la prevención, pero ahora que ya es un hecho y que se está concluyendo, hay situaciones a favor y en contra.
Las situaciones a favor pues es la movilidad y protección civil, y hay gente que está bastante satisfecha con la construcción.
Las opiniones en contra pues son básicamente los potenciales efectos en la construcción y posterior a la construcción con el tráfico por la parte superficial de la laguna, y que potencialmente pues todos estos escurrimientos, resultado del tráfico vehicular, pueda tener un impacto a mediano o largo plazo en la laguna, en el agua y en los organismos.
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