Biorregiones: la apuesta para proteger al Mar Argentino

El Mar Argentino alberga a alrededor de 26 especies amenazadas de gran importancia, algunas de ellas endémicas, como el delfín franciscan...
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El Mar Argentino alberga a alrededor de 26 especies amenazadas de gran importancia, algunas de ellas endémicas, como el delfín franciscana y la raya lija. Pero actualmente es muy reducida el área marina que se encuentra protegida. Como un primer paso para mejorar la gestión y conservación de ese ecosistema, un grupo de más de 30 especialistas propuso dejar de verlo como una sola área gigantesca y homogénea, para agruparlo en 11 biorregiones. 

Estas últimas son regiones que guardan características físicas y biológicas específicas en común. Se creó un mapa para identificarlas de acuerdo con las especies que habitan en ellas, así como sus vulnerabilidades al cambio climático. 

Desde el 2014, con la aprobación de la Ley No. 27.037, con la cual se creó el Sistema Nacional de Áreas Marinas Protegidas (SNAMP), ese país cuenta con una buena red costera de zonas protegidas: hoy en día tiene tres grandes parques oceánicos. El problema es que los tres se encuentran en la parte del sur y sólo abarcan zonas de reproducción de especies claves y especies carismáticas. 

“Protegemos donde se reproduce pero, ¿qué pasa en las zonas donde las especies encuentran el alimento, los supermercados oceánicos? No sólo las costeras son claves para sostener las poblaciones de hoy”, apuntó Valeria Falaballa, bióloga y directora del Programa de Conservación Costero Marino de la organización Wildlife Conservation Society (WCS) Argentina. 

De acuerdo con Falaballa, con la Ley 27.037 se logró un gran avance en materia de conservación, pero se requiere desconcentrar los esfuerzos de la zona sur, para hacer crecer la red costera de áreas protegidas a lo largo de la costa argentina. Por eso realizar un mapa que visibilizara la heterogeneidad del mar, y agrupara las áreas que tienen una estructura biológica y física específica en común, era un primer gran paso para lograrlo. 

“Al mar se le estudiaba como unidad. Es una extensión gigantesca, es clarísimo que ninguna autoridad puede gestionar eficientemente un área tan grande, con la diversidad de cosas que están contenidas en esa área gigantesca, y la multiplicidad de factores que podrían estar interviniendo en la modificación de ese ambiente, ya sea a través del impacto sobre especies particulares o influyendo sobre los procesos de funcionamiento de los sistemas. Entonces subdividido en sectores que tienen claramente cuestiones en común y características que los diferencian del resto, permite hacer un análisis más fino y distinguir qué lugares son más o menos prioritarios’, abundó Pablo Yorio, doctor en Ciencias Biológicas de la Universidad de Buenos Aires e integrante de la WCS Argentina. 

Fue así como la WCS y el Foro para la Conservación del Mar Patagónico comenzaron a desarrollar el modelo de biorregiones. Desde 2019 comenzaron a convocar a especialistas de la academia, de la sociedad civil organizada y del gobierno para participar. Durante los tres años siguientes, organizaron talleres tanto virtuales como presenciales. Analizaron los modelos previos biorregionales que ya se habían elaborado y estudiaron formas de integrarlos para hacer una propuesta lo más completa e integral posible. 

El trabajo culminó con la elaboración de un mapa en el cual se identifican 11 biorregiones del mar argentino. Y no sólo describe las características y dinámicas especiales de cada una, sino que también indica cuáles son las especies amenazadas que las habitan y sus vulnerabilidades ante el cambio climático. 

Mapa de Biorregiones elaborado por especialistas convocados por la WCS y el Foro para la Conservación del Mar Patagónico

Mapa de las 11 biorregiones del Mar Argentino diseñado por especialistas a través de un proyecto coordinado por la WCS y el Foro para la Conservación del Mar Patagónico 

Por ejemplo, con el mapa se confirmó que las biorregiones del Río de la Plata, de la Costera Bonaerense Patagónica y de Plataforma Media, localizadas al norte, son zonas donde se concentran especies endémicas amenazadas de rayas y tiburones, como el cazón, el gatuzo o el escalandrum, que se encuentra en estado crítico de amenaza y por la cual es clave avanzar en el manejo pesquero, de acuerdo con Falaballa. 

Esas biorregiones también cuentan con la presencia del caballito de mar y del delfín franciscana, una especie endémica. 

“Para algunas especies el Mar Argentino tiene un rol clave, porque son endémicas. Entonces la pérdida de esa especie en esta región implica la pérdida de la especie a nivel global, y eso sucede particularmente con el caso de tiburones y rayas”, expresó Falaballa. 

Precisamente, el proyecto permitió identificar los lugares que son clave para sostener la salud trófica y la estructura ecológica del mar, es decir, los llamados ‘frentes productivos’, que son el equivalente a ‘supermercados marinos’, porque por sus condiciones oceanográficas generan nutrientes para las especies. 

El mapa también facilitó definir los vacíos de conservación: se detectó que la representatividad en áreas marinas protegidas es baja, pues solo cuatro de las 11 biorregiones tienen más del 10% de su superficie protegida.

La mayoría están por debajo del 6%, e incluso algunas tienen menos del 3%. De hecho, ninguno de los frentes productivos hallados en el Mar Argentino se encuentra bajo protección actualmente. 


Escalandrún / Foto: WCS Argentina

El escalandrún es una de las especies de tiburones endémicas del Mar Argentino que se encuentra en estado crítico de amenaza. Foto: WCS Argentina

Vacíos de conservación

Con todos estos hallazgos, el equipo que participó en el reporte de biorregiones elaboró un informe sobre vacíos de conservación, que al igual que el reporte de biorregiones, ya fue concluido y presentado a las autoridades de ese país, con el objetivo de avanzar en materia de protección. 

“Estamos tratando de entender en dónde y con qué tipo de herramientas o estrategias es apropiado proteger a las especies, porque no es sencillo. Algunas son migratorias, por lo tanto no necesariamente un área marina protegida sola puede protegerla. Eso será si se identifica que hay un área de desove o de cría. Entonces hoy se necesita tener buena información. Por supuesto que el manejo pesquero adecuado es clave y se empiezan a definir áreas, empieza a haber conocimiento que define algunas medidas, como las vedas, pero es insuficiente, por lo tanto hay que trabajar en conservación urgentemente, entender cuáles son las estrategias claves y crear áreas naturales protegidas”, sostuvo Falaballa.

El equipo que participó en la elaboración del mapa de biorregiones espera que los datos sean empleados por las personas tomadoras de decisiones para realizar planes estratégicos de conservación. 

Por lo pronto tienen en la mira una iniciativa que se está promoviendo para crear áreas marinas protegidas bentónicas, en zonas de extensión de plataforma continental, que pondría barreras a las pesqueras internacionales no reguladas de distancia. Aunque por ahora se atraviesa un proceso electoral en Argentina, las y los especialistas esperan “poder festejar a fin de año”. 

Escrito por

Lilia Balam

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