La transición energética se ha convertido en uno de los temas más relevantes para enfrentar la crisis climática. Foros internacionales y gobiernos de distintas partes del mundo han firmado acuerdos comprometiéndose a disminuir el consumo de energías fósiles, y con ello las emisiones de gases a la atmósfera.
El camino parecen ser las energías renovables provenientes del sol, el agua, el aire y la tierra.
A dos meses de que México viva las elecciones, las propuestas de quienes aspiran por la presidencia: Claudia Sheiunbaum, candidata de Morena; Xóchitl Gálvez, candidata del Partido Acción Nacional (PAN); y Jorge Álvarez Máynez, de Movimiento Ciudadano, se inclina hacia las energías renovables.
Sin embargo, especialistas energéticos entrevistados para esta publicación coinciden en que para proponer un camino hacia la transición energética debe de mirarse más allá de sustituir los combustibles fósiles.
“En términos de transición energética, México está bastante rezagado porque el 85% de su matriz de energía depende de combustibles fósiles. Eso tiene repercusiones, sobre todo porque es un país que ya pasó el pico del petróleo. Cada vez será más difícil contar con este recurso”, explicó Omar Masera, investigador del Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Claudia Sheinbaum durante visita a Dos Bocas cuando aún era jefa de gobierno de la Ciudad de México. Foto: Gobierno de México
Las propuestas
Además de las energías renovables, a lo largo de estos meses de propaganda electoral, los temas energéticos se inclinan hacia mantener los costos de luz y gasolina; invertir más en la producción y reducir la brecha de pobreza energética.
Claudia Sheinbaum se ha enfocado en la inversión a empresas del estado como la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Petróleos Mexicanos (Pemex) prometiendo que mantendrá la producción de 1.8 millones de barriles de petróleo; que CFE participará en la gestión de parques solares, hidroeléctricas, geotérmicas e hidrógeno verde; así como continuar con los planes de explotación de litio que se plantearon desde este sexenio.
Por su parte, Xóchitl Gálvez se enfoca en un modelo energético donde exista mayor participación de inversión privada y extranjera; expansión de las líneas de transmisión de energía en México; y las energías renovables.
Sin embargo, su propuesta más cuestionada es cerrar las refinerías de Pemex de Cadereyta, en Nuevo León, y Francisco I. Madero, en Tamaulipas. Aunque la candidata aclaró que el cambio no puede ser abrupto.
El candidato Álvarez Máynez coincide con el cierre de algunas refinerías debido a los altos índices contaminantes que han reportado desde hace años.
“Es un tema que se ha discutido bastante. A priori suena como una buena idea, sin embargo, hemos identificado que hay poca claridad o directamente omisión de factores clave para que esto suceda”, señaló en entrevista para CN Media Iván Muñoz, integrante de la Red de Acción Climática (Reacciona) de jóvenes activistas.
En febrero pasado, Reacciona se reunió con el Jorge Islas Samperio, líder del equipo de energía de Claudia Sheinbaum, y Rosanety Barrios Beltrán, lideresa del equipo de energía de Xóchitl Gálvez, para conversar sobre temas de transición energética. Así como realizar la entrega de un decálogo con puntos de prioridad como eficiencia y ahorro, transporte y movilidad, derechos humanos y equidad de género, entre otros.
“Es necesario encontrar las estrategias que contengan a la red eléctrica para que sean capaces de resistir o de adaptarse a las renovables. En las redes eléctricas, sobre todo de distribución y transmisión, es bien necesario que antes siquiera de pensar en una modernización, se piense más bien en darle mantenimiento”, agregó Muñoz.
Por su lado, el investigador Omar Masera, investigador del Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad de la Universidad Nacional Autónoma de México, comenta que no se puede generar un cambio a energías renovables si se consideran seguir con las mismas prácticas de uso.
“Es preocupante el patrón de uso de energía en México… Por un lado, hay un porcentaje amplio de gente que no tiene acceso adecuado a los servicios energéticos y, por otro, la desperdiciamos ya que no estamos utilizando la energía de la manera más eficiente ni aprovechando el gran potencial de ahorro que existe en todos los sectores de consumo”, señaló.
Mientras la pobreza energética se refleja en no tener acceso a combustibles para cocinar o electricidad para distintos usos. El desperdicio de la energía, a la que se refiere el investigador, puede implicar mayores emisiones de efecto invernadero y otros impactos ambientales.
En este sentido, la candidata Gálvez ha hecho referencia a enfrentar esta pobreza energética con la apertura al sector energético. Mientras que Máynez ha planteado la construcción de plantas eléctricas.
Xóchitl Gálvez durante una conferencia de campaña electoral. Foto: Equipo de Xóchitl Gálvez.
Una política energética
Otra de las propuestas que marca la diferencia de las agendas de las candidatas a la presidencia es la inversión en empresas de energía. Por un lado, Claudia Sheinbaum apoya mantener el enfoque en las paraestatales como Pemex y CFE, que han sido caracterizadas por producir energía a partir de combustibles fósiles, sólo que esta vez mejorando su compromiso ambiental.
Mientras que Gálvez insiste que hay que abrirse a las privadas para aumentar la producción de energías renovables, siendo crítica de la refinería de Dos Bocas, inaugurada este sexenio como uno de los megaproyectos del presidente Andrés Manuel López Obrador, pero asegurando que terminará la construcción e implementará mejoras.
Sin embargo, los especialistas energéticos señalan que es más factible apostar por una política que permita regular ambas partes.
“El acceso a la energía, primero que nada, tiene que ser un derecho universal. El Estado debe diseñar y garantizar el camino y las metas para lograr este objetivo, mientras que las empresas del sector privado pueden participar pero sin dictar la política general”, explicó el investigador Masera”, explicó el investigador Masera.
Asimismo, ambos especialistas coinciden en que es necesario involucrar a las comunidades en los espacios de planeación de proyectos. Principalmente, para respetar los derechos que poseen y evitar vicios como ha ocurrido con otros proyectos energéticos como los parques eólicos en Oaxaca o las fotovoltaicas en Yucatán que derivaron en el despojo y la pérdida de tierras.
“Es importante que el futuro energético del país no dependa de construir grandes megaproyectos (solares o eólicos) de compañías privadas, por el contrario, necesitamos muchos más proyectos de escala mediana y pequeña que se puedan implementar a nivel más local donde estén realmente anclados a procesos de desarrollo comunitario productivo, es decir donde la energía se dirija al bien común”, señaló el investigador.
Respecto a las consideraciones que debe tener la ciudadanía para entender las propuestas en el sector energético, Iván Muñoz recomienda “tomar en cuenta la parte de viabilidad económica. En un futuro va a ser más viable seguir apostando a las renovables que los fósiles”, dijo.
A lo que se suma centrarse en el uso eficiente y los ahorros de energía que van más allá de involucrar o no a instancias como Pemex o CFE.
“Puedes elegir ya no pensar en cuánta más energía necesitamos sino que de qué manera podemos utilizarla que sea más inteligente, más económica, más eficiente y más sustentable”, concluyó Masera.
Comentarios (0)