Casi un tercio de la superficie del Sistema Arrecifal Mesoamericano se encuentra en estado de salud crítico, debido a la disminución de peces y la proliferación de algas carnosas.
Así lo reveló un informe preliminar publicado por Iniciativa Arrecifes Saludables (HRI, por sus siglas en inglés), con base en el monitoreo realizado por 36 organizaciones de la sociedad civil, entre junio y diciembre de 2021.
Se trata de una de las barreras coralinas más importantes del mundo, que se extiende por más de mil 400 kilómetros frente a las costas caribeñas de México, Belice, Guatemala y Honduras. De este ecosistema dependen cientos de comunidades costeras para subsistir, por los múltiples servicios ambientales que ofrece.
El Reporte de Salud considera cuatro variables para determinar si los sitios arrecifales se encuentran en estado óptimo: cobertura de coral, presencia de macroalgas carnosas, biomasa de peces herbívoros y biomasa de peces comerciales.
Más es mejor cuando se trata de cobertura de coral y población de peces, tanto herbívoros como comerciales, pero en el caso de las macroalgas, su presencia es un indicador negativo para los arrecifes, pues amenazan el crecimiento coralino.
Los peces herbívoros se alimentan de macroalgas, de manera que su disminución implica casi de facto un crecimiento de estas.
Por otra parte, la población de peces comerciales (pargos y meros) da un vistazo sobre el alcance de la sobrepesca.
Para medir estas variables se utilizan diferentes rangos: Muy bueno, Bueno, Regular, Malos y Crítico.
“El seguimiento de los cambios en estos indicadores permite a los investigadores de HRI evaluar cuáles son de mayor preocupación en un sitio determinado, así como en todo el SAM en su conjunto, y cómo abordar las soluciones para restaurar la salud de los arrecifes”, indicó la organización.
La evaluación general de los 234 sitios arrecifales monitoreados en los cuatro países arroja que el 44% se encuentra en un estado de salud “Malo”, mientras que otro 31% está en estado “Crítico”. Solo el 5% tiene una condición “Buena”.
Los investigadores de HRI encontraron solo un sitio clasificado como "Muy bueno" en Cozumel, México. Este sitio ha estado completamente protegido de toda pesca durante décadas, y se nota: la biomasa de meros y pargos es cinco veces mayor que el promedio regional.
Los monitoreos de peces cubrieron alrededor de 140 mil metros cuadrados de arrecife; se contaron más de 64,000 peces.
Según la organización, los meros y pargos nuevamente tuvieron las mayores disminuciones desde el último reporte y ahora se ubican en una abundancia críticamente baja en todo el SAM.
Solo 55 de los peces contados en los monitoreos de 2021 eran de las especies de meros más grandes, y solo 12 de estos meros eran en realidad lo suficientemente grandes como para reproducirse.
La baja abundancia y el pequeño tamaño de los peces comerciales y herbívoros revelan una necesidad crítica de una mayor protección y gestión de la pesca, principalmente mediante un aumento rápido y sostenido de áreas totalmente protegidas, así como un aumento en el cumplimiento de esas protecciones, apuntó HRI.
“La protección real debe ser absoluta, al igual que nuestra determinación de hacerla cumplir. Este es un problema con una solución directa y factible, que brindará beneficios sociales y económicos, además de mejorar la salud de los arrecifes”, dijo Melanie Mcfield, científica de arrecifes de coral del Smithsonian, una institución compuesta por 21 museos en Estados Unidos.
Para lograr un arrecife saludable, al menos en estado “Bueno”, se requiere incrementar en 142% la biomasa de peces comerciales y 49% de peces herbívoros. Por otra parte, es necesaria la reducción del 77% de las macroalgas carnosas, que crecen sobre los corales.
Para Melanie Mcfiel, lo recomendable es dedicar el 20% del mar bajo protección total de toda la pesca para lograr recuperar las poblaciones de peces dentro, y fuera, de estas zonas.
Los países donde se ubica el Arrecife Mesoamericano han designado más de 50 áreas marinas protegidas, que cubren más del 50% de sus aguas territoriales, pero muchas aún permiten la pesca, solo el 2.4% de las aguas están totalmente protegidas.
“Si hubiéramos designado el 20% del SAM bajo protección total hace 15 años cuando recomendamos esta acción por primera vez, la región ahora estaría cosechando los beneficios de pesquerías más productivas, una mejor salud de los arrecifes y un mayor valor turístico en las zonas totalmente protegidas”, agregó MacField
La cobertura de coral vivo en los sitios de estudio se encuentra en condiciones favorables, requiriendo solo un aumento del 5 por ciento para que los sitios alcancen un estado "Bueno".
Sin embargo, HRI advierte que, además de la disminución de las poblaciones de peces, el cambio climático global y los brotes de enfermedades seguirán afectando los corales, mientras que la contaminación por nutrientes sigue alimentando la proliferación de macroalgas.
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