A casi dos años de la creación de la Reserva Nacional Dorsal de Nasca, la primera área protegida totalmente marina en Perú aguarda por un Plan Maestro que defina el manejo del área.
La pesca industrial continúa siendo una de las actividades permitidas en la zona. Contrario a lo que ocurre con otras áreas protegidas, en los más de 62 mil kilómetros cuadrados que ocupa Dorsal de Nasca, la pesca de profundidad, principalmente la captura de bacalao, se mantuvo pese a su decreto en junio de 2021.
La decisión generó controversias. Especialistas y organizaciones de medio ambiente consideran que existe una contradicción entre proteger un área marina y continuar permitiendo que se practique la pesca de bacalao de profundidad u otros tipos de captura industrial como es la pesquería de jurel.
Sin embargo, los detalles de cómo se seguirá gestionando la pesca están en el Plan Maestro, que es el programa de gestión del área protegida. Mismo que se elabora entre el Ministerio de la Producción, encargado de las pesquerías, el gremio pesquero y organizaciones involucradas en temas de conservación. La fecha de publicación sigue pendiente.
“El Plan Maestro recogerá los artes de pesca permitidos, las tallas mínimas de captura por especie, los periodos de veda, las prohibiciones por ámbito geográfico, entre otras medidas”, señala el decreto de Dorsal de Nasca.
Localización de la Reserva Nacional Dorsal de Nasca. Imagen: Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado.
Una región marina
“Si el Estado quiere reservar parte de su territorio para conservar y resguardar de cualquier actividad industrial, pero va a seguir haciendo lo que se hacía en el pasado, ¿qué sentido efectivo tiene crear un área protegida?”, apuntó César Ipenza, abogado ambiental en Perú.
Ipenza participó en foros sobre Dorsal de Nasca desde antes de su decreto. La región quedó establecida aproximadamente a 105 kilómetros de distancia de la costa, frente al estado de Ica, convirtiéndose no sólo en la primera área netamente marina, también en el área protegida más grande de Perú.
El objetivo es proteger a 12 especies de importancia comercial, tales como jurel, tiburón azul, pez espada, atún aleta amarilla, caballa, entre otras. Además de ser lugar de tránsito para especies migratorias como los albatros de Salvin y la tortuga cabezona.
De acuerdo con el gobierno de Perú, el establecimiento del área ayuda a conservar alrededor del 8% de su superficie marina, con el propósito de contribuir al cumplimiento de compromisos internacionales que ha realizado el país.
Como ocurre en el caso de otras áreas protegidas, Dorsal de Nasca se dividió en dos zonas: una de Aprovechamiento Directo (AD) desde cero hasta mil metros y una de Protección Estricta (PE) de mil a 4 mil metros de profundidad. Permitiendo en esta última el desarrollo de la pesca del bacalao de profundidad, especie que se puede hallar entre los 70 y los 2 mil 500 metros.
“Esta excepción va en contra de lo establecido en el artículo 23° literal a) de la Ley de Áreas Naturales Protegidas (Ley N.° 26834), en el que se define a las Zonas de Protección Estricta como aquellos espacios donde los ecosistemas han sido poco o nada intervenidos, o incluyen lugares con especies o ecosistemas únicos, raros o frágiles”, señaló en su momento la organización Oceana Perú en un pronunciamiento firmado por otras organizaciones civiles y ambientales del país.
Asimismo, Oceana recomendó en su momento que se utilice una clasificación que se adecúe al marco legal. Agregando que, en caso extraordinario de que se permitiera la pesca de mayor escala, deberá limitarse a quienes ya cuentan con permisos pesqueros previos y vigentes.
Uno de los motivos por lo que se ha mantenido la pesca industrial es para respetar los “derechos preexistentes” de quienes tienen actividades productivas en la región.
“Se precisa que la pesca que se desarrolla en la zona de aprovechamiento directo cuenta con título habilitante vigente al establecimiento del área y no afecta el objetivo de conservación. Sólo seis embarcaciones tienen los derechos y podrán realizar pesca de bacalao en la RNDN hasta mil 800 metros de profundidad”, aclaró el gobierno peruano.
Además, hay quienes consideran que la zonificación de la Reserva Nacional de Nasca es suficiente para mantener las capturas de la pesca de gran escala que se realizan en la zona, como la de jurel y caballa.
“No pienso que estas capturas tengan un impacto perceptible sobre los recursos de profundidad que son los que queremos proteger”, señaló Mariano Gutiérrez, antiguo director científico del Instituto Humboldt de Investigación Marina y Acuícola, durante una ponencia con la organización Oceana en la que expuso cómo las dinámicas de pesca no llegan a las zonas más restrictivas.
Profundidades de la Reserva Nacional Dorsal de Nasca. Imagen: Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado.
De acuerdo con el abogado Ipenza, es posible que el Plan Maestro mantenga las condiciones ya planteadas. Lo que resulta preocupante para futuros decretos de conservación.
“Esta área protegida podría crear un precedente nefasto para nuestro sistema porque a partir de esta área el sector puede decir bueno, creemos áreas protegidas pero que respeten derechos preexistentes, que siga la pesquería industrial”, explicó César Ipenza respecto a mantener la zona.
Sin embargo, reconoce que Perú ha mejorado a nivel terrestre en el manejo de sus áreas protegidas, con mejores condiciones y recursos, lo que también genera un antecedente para hacerle frente a cualquier amenaza.
“Yo no veo la apertura (del gobierno actual), pero creo que siempre es posible cambiar o modificar en la norma que la crea y restringir la actividad pesquera industrial”, señaló.
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