Preocupa conservación del ajolote en Xochimilco por fallas en manejo de la especie

Entre la hierba alta y el olor de los canales de Xochimilco, al sur de la Ciudad de México, habita una comunidad de 300 ajolotes en conse...
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Entre la hierba alta y el olor de los canales de Xochimilco, al sur de la Ciudad de México, habita una comunidad de 300 ajolotes en conservación. Todos han nacido y crecido durante los últimos 15 años en estanques de agua depurada, distribuidos en las 1.2 hectáreas que conforman el Centro de Investigaciones Biológicas y Acuícolas de Cuemanco (CIBAC).

Los problemas con el tratamiento de aguas residuales y la contaminación derivada del turismo en la zona son amenazas que enfrentan estos anfibios.

Pero en el CIBAC preocupan aún más las irregularidades en el seguimiento de la especie, que incluyen la inspección de las autoridades ambientales, la responsabilidad de productores y la compraventa del ajolote.

“No hay un control estricto sobre el manejo de la especie. Todo mundo reparte ajolotes por todos lados, pero no saben de dónde provienen, cuál es su origen, si han tenido enfermedades, si son portadores de parásitos, con quién se han cruzado…”, afirmó José Antonio Ocampo Cervantes, jefe de proyecto del CIBAC.

El investigador sostiene que hay un impacto en la variabilidad genética por la falta de un seguimiento en el manejo de la especie. Lo que propicia el nacimiento de ajolotes con enfermedades y malformaciones que al ser liberados introducen ‘una genética no saludable’ en las poblaciones silvestres.

“Eso es un problema para una especie (como el ajolote) cuya población es muy reducida… Sí hay quienes los producen, pero son muy pocos los que tienen sus registros y son todavia menos los que llevan un buen control en la reproducción de estos animales…”, agregó Ocampo.

De acuerdo con la Ley General de Vida Silvestre, para tener ejemplares en riesgo es necesario elaborar un plan de manejo que será evaluado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

Estos reportes incluyen información biológica de la especie; descripciones del área de confinamiento; cuidados clínicos, de salud, seguridad e higiene; calendarios de actividades, así como mecanismos de vigilancia y contingencia. La lista se detalla en el artículo 78 Bis de dicha ley.

“Haces tus trámites con la Semarnat y los responsables revisan que cumplas con tus instalaciones, con los permisos, con la procedencia legal de los ejemplares. Pero ya no es responsabilidad de la Semarnat ver que la gente cumpla con los procedimientos. A lo mejor sí después te cae una visita de un inspector, te encuentra alguna injerencia y te puede sancionar…”, describió el investigador.

En el artículo 104 se especifica que la Semarnat también realizará actos de inspección y vigilancia, así como un padrón con los infractores de la ley.

“Pero también es responsabilidad de quien maneja los organismos ver cuál es el origen de animales, con quienes sí los puede cruzar y con quiénes no, para seguir garantizando la variabilidad genética de la especie que es uno de los problemas más fuertes”, agregó.

En el caso del CIBAC, se ha logrado que de 32 ejemplares que llegaron en 2007 actualmente la comunidad alcance los 300. Todos llevan un registro genealógico que mediante uso de microchips permite la identificación de cada uno.



Entre aguas negras

El pasado 4 de marzo, la Coordinación de Pueblos de Xochimilco presentó ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) una denuncia en contra del alcalde José Carlos Acosta Ruíz.

El motivo de la queja es el ‘Ajolotón’, un evento celebrado en febrero donde los alcaldes y las alcaldesas de Iztacalco, Gustavo A. Madero, Iztapalapa, Milpa Alta, Tláhuac y Xochimilco liberaron a 200 ajolotes en las aguas de los canales.

Las autoridades argumentaron que se realizó bajo la asesoría de investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), pero fueron las imágenes que se compartieron en redes sociales las que desataron críticas de la ciudadanía sobre el manejo de los anfibios, los cuales permanecieron fuera del agua y expuestos al sol para ser fotografiados.

Activistas y especialistas ambientales argumentaron que existía el riesgo de que generaran infecciones por bacterias y hongos. Incluso, se dijo que no sobrevivirían a las aguas del canal cuya contaminación por aguas residuales ha sido documentada en las últimas décadas.

“El lago (de Xochimilco) tiene daños ambientales porque recibe aguas sucias de la planta de tratamiento del Cerro de la Estrella, en Iztapalapa”, explicó Ana Luisa González Arévalo, investigadora de la UNAM especializada en el tema.

En 2019, la investigadora ofreció una ponencia donde expuso que en los márgenes de los canales de la alcaldía había un promedio de mil 374 descargas de aguas negras y grises. Esto también había sido documentado dos años atrás por tres investigadoras del Instituto de Ingeniería de la universidad.

“Además las viviendas que están alrededor del lago producen residuos que caen al canal. Ahí encontramos plásticos, pilas, insecticidas, fertilizantes. El lago es el receptor de todos los desechos”, agregó González Arévalo.

Para el doctor José Antonio Ocampo del CIBAC también tiene que considerarse el turismo y el uso de lanchas con motores fuera de borda como partes del riesgo que afectan a todo el ecosistema del lago.

“Cuando estuvimos en pandemia, que no había esa circulación (de turistas y embarcaciones), el agua volvió a tener cierto nivel de transparencia, se veían más animales y había una presencia mayor de aves”, relató el investigador.

A esto se añade que Xochimilco tiene una recepción anual de un promedio de 1.2 millones de turistas nacionales y extranjeros que, algunas ocasiones, liberan ajolotes sin conocimiento sobre su condición biológica.

“El mayor riesgo es la gente que no es consciente del daño que puede causar al venir a liberar ejemplares que no sabemos cuál es su origen o que incluso sean de otra especie… Ese es un problema porque estamos trayendo ajolotes de otros sitios que no sabemos que impacto pueden tener aquí”, explicó Ocampo.

Evento del ‘Ajolotón’. Foto: Alcaldía Gustavo A. Madero

Las deudas con el ajolote

En México, el Plan de Rescate Ecológico de Xochimilco, desarrollado por el Parque Ecológico de la alcaldía, es un referente para otros santuarios y centros de conservación en la región que se enfocan en el ambystoma mexicanum, la especie más conocida del ajolote.

“Pero la idea es trabajar con otras especies como el ambystoma altamirani que es el ajolote de montaña y que poco se sabe de él, pero que quizás esté en un riesgo mayor porque no hay colonias reproductoras, no se maneja la especie”, explicó Ocampo.

Durante la entrevista con Periodismo Causa Natura, ambos especistas coincidieron en que no hay un solo responsable que pueda solucionar los problemas de conservación del ajolote y la zona lacustre.

“Es un problema de todos, de las autoridades, de las agrupaciones civiles, de los propietarios, de los usuarios y turistas. Hace falta educación ambiental, principalmente porque si no educas a los usuarios sobre lo que deben conservar no ven más allá de lo que significa tener este espacio para toda la Ciudad de México”, agregó la investigadora.

Pero el doctor Ocampo aclara que la evidencia no debe generar escenarios catastróficos respecto al estado ambiental, pese a las investigaciones que han dado plazos de vigencia para la existencia de la especie.

Incluso, informó que el CIBAC tiene planeada la liberación de ajolotes, pero el procedimiento puede demorar al menos un año. Siguiendo el plan de manejo, habrá que realizar estudios previos para dimensionar la situación del ecosistema y los ejemplares que podría soportar.

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