Tren Maya impacta cuevas, cenotes y zonas arqueológicas, alertan expertos

Las profundidades a donde apenas llegaban arqueólogos y buzos, hoy son los caminos del Tren Maya. Tras cuatro años de obras, el megaproye...
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Las profundidades a donde apenas llegaban arqueólogos y buzos, hoy son los caminos del Tren Maya. Tras cuatro años de obras, el megaproyecto federal se ha topado con cuevas, cenotes y piezas arqueológicas, muchas de las cuales no están siendo tratadas adecuadamente o pertenecen a regiones donde no debería construirse, de acuerdo con denuncias de expertos y colectivos.

El caso más reciente es la cueva (o cenote) Dama Blanca, registrada en febrero del año pasado por el Proyecto de Salvamento Arqueológico Tren Maya, como parte de los trabajos del Tramo 5 Sur, que va de Playa del Carmen a Tulum. La cueva es parte de un complejo de monumentos habitacionales antiguos.

A finales de abril pasado, un grupo de buceadores del colectivo Sélvame del Tren denunció que Dama Blanca estaba siendo rellenada con piedra. Una medida de construcción para evitar los hundimientos debido a la forma hueca y porosa del suelo que forman los cenotes y túneles característicos de la península de Yucatán.

El 1 de mayo el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) respondió mediante un comunicado negando afectaciones y asegurando que se trabajaba en medidas de prevención. Una semana después se sumaron las declaraciones de Diego Prieto Hernández, titular del instituto, durante la conferencia presidencial matutina.

“No encontramos nada, está intacta”, resumió Prieto. 

El colectivo Sélvame del Tren respondió al comunicado con imágenes del antes y después de las construcciones. A esto se han sumado desde meses atrás las denuncias legales y mediáticas con imágenes de cenotes rellenados o pilates de construcción colapsados, pero pese a esto el proyecto sigue en marcha.

Tramo 5 del Tren Maya. Foto: Elizabeth Ruíz/Cuartoscuro 

Las declaraciones del INAH no solo llamaron la atención de los colectivos de defensa ambiental, sino también de investigadores que incluso han trabajado con el instituto. Uno de ellos es Sergio Grosjean, explorador y arqueólogo subacuático en la península de Yucatán.

“Es increíble que (el INAH) diga que no hay impactos del Tren Maya porque si hablamos del Tramo 5 Sur es una zona donde se han hecho hallazgos importantísimos arqueológicos y paleontológicos”, señaló Grosjean.

Para el arqueólogo entrar en esta zona con un megaproyecto representa una falta de conocimiento y preparación por parte de las autoridades. “Podría haberse dado (el tren) buscando zonas de menor afectación, pero lo quieren meter exactamente en el corazón de este sistema que, además, es uno de los sistemas de agua dulce más importantes que tenemos”, apuntó.

Al igual que los impactos vigentes, también preocupa que en un futuro existan fallas o colapsos en las obras debido al lugar donde se cimentan. 

Una de las particularidades del sureste de México, en los estados de Yucatán y Quintana Roo, es el suelo kárstico. El karst es un material de roca, principalmente caliza o yeso, frágil a comparación de otros. Asimismo tiene una red de cenotes y cuevas en el subsuelo.

A pesar de la estructura, tan solo este tramo pasa sobre tres cenotes, además de cuevas y ríos subterráneos, de acuerdo con un análisis de la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) regional del Tramo 5 Sur, elaborado por el Centro para la Diversidad Biológica. Aunque el argumento de las autoridades ha sido que se construyen viaductos para pasar por arriba y no alterar el ecosistema.

El análisis pone en evidencia la falta de estudios rigurosos. El año pasado, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales aprobó en un mes la MIA, luego de que las obras fueran frenadas al no contar con este documento, un tiempo inusualmente rápido para este tipo de trámites obligatorios. 

“De igual manera, el criterio CG-05 establece que el promovente debió presentar un estudio de zonificación ambiental que demostrara la mejor ubicación de la infraestructura para el proyecto. Sin embargo, el promovente no presentó una evaluación o análisis de alternativas, aunado a que la ruta principal del Tren Maya Tramo 5 Sur fue modificada (esta noticia se dio a conocer el 19 de enero de 2022)”, indica el documento de la organización civil.

El Centro para la Diversidad Biológica también propone a las dependencias responsables solicitar que se cambie el trazo por uno que cuente con estudios de todo el recorrido, “especialmente de los grandes sistemas de cuevas subterráneas” para ubicar los puntos de riesgo kárstico.

Suelo del Tramo 5 del Tren Maya. Foto: Elizabeth Ruíz/Cuartoscuro.

A pesar de esto, el discurso de las autoridades es que no hay ni habrá daños.

“No se construye nada que afecte vestigios arqueológicos. Nunca se había hecho en la historia de México un rescate arqueológico como el que se está llevando a cabo con el Tren Maya; se está respetando todo”, afirmó recientemente el presidente Andrés Manuel López Obrador en conferencia matutina.

“Los cenotes han sido reconocidos como importantes en el ecosistema costero, en los programas de desarrollo urbano, en los reglamentos, pero no con la fuerza con la que deberían”, señaló Antonella Vázquez, abogada de Defendiendo el Derecho a un Medio Ambiente Sano, A.C. (DMAS), una organización que el año pasado puso una demanda junto con buzos por el impacto de la construcción.

Mientras tanto las denuncias siguen en espera de una resolución. Se estima que a la fecha hay más de 50 amparos. Pero incluso aquellas que han logrado suspensiones no frenan las obras.

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