Isla Guafo, un ejemplo de colaboración para la conservación de áreas marinas liderada por pueblos originarios

Desde la cosmovisión mapuche, cuando alguien abandona la vida material, inicia un recorrido hacia el wallmapu, territorio ocupado por est...
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Desde la cosmovisión mapuche, cuando alguien abandona la vida material, inicia un recorrido hacia el wallmapu, territorio ocupado por esta cultura que comprende una región de Chile y de Argentina en Sudamérica. Es aquí desde donde se impulsa su viaje junto a otros seres hermanos de la naturaleza como la ballena y el lobo hacia el Wenumapu, donde finalmente reposa su Am, el alma. 

La destrucción o depredación del territorio mapuche significa enfermedad en las personas. Explica Cristian Chiguay, lonko (autoridad tradicional mapuche) de la comunidad de Yaldad y también líder de la Asociación Wafo-Wapi: “Un espacio natural que es envenenado por el mal uso y las malas prácticas industriales, si bien no es la muerte, pero es la enfermedad para el pueblo mapuche y para su esencia, que es la espiritualidad por la que vive nuestro pueblo”.

La superficie de 213.7 km2 de la isla Guafo en Chile, al sur de la Isla Chiloé es parte de ese territorio sagrado para las comunidades indígenas mapuche-williche que señalan que la conservación de este espacio ha sido su uso ancestral, y que ahora se ve interrumpida por procesos extractivistas, de acuerdo con una publicación de la organización WWF Chile.

Isla Guafo es una puerta de entrada al Golfo Corcovado, uno de los sitios más importantes para la alimentación de la ballena azul en Chile. Fuente: Seguel, M. y Pavés, H. (2018).

En 2016 en medio del Mayo Chilote, una crisis provocada por la floración de un alga nociva que afectó gravemente la pesca en la región, la industria salmonera vertió más de 4 mil 600 toneladas de salmón en descomposición frente a la costa de la isla Chiloé generando protestas que paralizaron y aislaron el archipiélago de Chiloé.

Chiguay señala que en ese momento se evidenció las malas prácticas de la salmonicultura y la midicultura como la contaminación que genera y la falta de control y fiscalización por parte las autoridades.

Además, la extracción indiscriminada de madera, una concesión minera en el área e intentos de venta son amenazas latentes que pueden destruir este espacio de alto valor biológico y simbólico.

Ante esto, 11 comunidades indígenas mapuche-williche han emprendido el proceso para solicitar el reconocimiento de esta área como Espacio Costero Marino de Pueblos Originarios (ECMPO) ante la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (Subpesca) para asegurar su conservación.

Las ECMPO son un modelo de conservación creada a partir de la Ley No. 20249 o Ley Lafkeenche, la cual coloca la administración en manos de una asociación de comunidades indígenas que le han dado un uso habitual con la intención de mantener las tradiciones y el uso de los recursos naturales con las que tienen una conexión histórico-cultural.

Imágenes de Isla Guafo en el catálogo de islas privadas a la venta en 2020, donde se fijó su valor por 20 millones de dólares. Fuente: Sitio web de la empresa Private Island Inc.

Las ECMPO representan autogobierno, alianzas y sustentabilidad

A diferencia de las Áreas Protegidas, explica Jaqueline Montecinos, coordinadora de biodiversidad marina y de políticas oceánicas en el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF Chile por sus siglas en inglés), en las ECMPO el espacio marino es otorgado a perpetuidad para su administración a los pueblos originarios.

De acuerdo con Chihuay esto la hace una herramienta poderosa que brinda la posibilidad de autogobernar los espacios y hacerlos sustentables en el tiempo.

El plan de administración del espacio puede ser compartido con externos o terceros por ejemplo en actividades de pesca artesanal y de conservación. Es ahí donde se manifiesta lo poderoso de las alianzas entre los diversos actores que también buscan la conservación de la biodiversidad y cultura del área.

Aunque WWF Chile ha acompañado en todo este proceso a la Asociación Wafo-Wapi, aclara que esta iniciativa es liderada por las comunidades de pueblos originarios y solo apoya con asesoría científica, técnica y política o se encargan de darle mayor visibilidad al gran trabajo que han hecho.

La exigencia de la Ley Lafkenche de contar con un plan de administración, un plan de monitoreo del área es algo que le da mayor ventaja a las ECMPO sobre las Áreas Naturales Protegidas donde “nadie exige monitoreo, nadie exige velar porque estas áreas cumplan con sus objetivos de conservación y si no cumplen nadie se las quita al Estado”, señala Montecinos.

Para el pueblo mapuche, la conservación no es una acción, sino es parte de su existir, y por lo tanto, una vez que sea reconocida la ECMPO, Chiguay menciona que serán bienvenidas las actividades que vayan acorde a su existencia y no aquellas que hagan uso abusivo de los recursos, “porque nosotros somos pueblos originarios que nuestro mandato es proteger la biodiversidad, como es conocido en el mundo occidental, y esa es nuestra misión”.

Una herramienta poderosa con una larga espera

Algo importante de señalar es que una característica de la ECMPO es que desde que se ingresa una solicitud a la Subpesca, se congela cualquier otra solicitud de uso que estuviera en proceso y cae una medida de protección sobre esa área, señala Montecinos.

Esta cualidad ha hecho que muchas comunidades vean en esta herramienta un medio para proteger sus territorios y ha provocado que, de acuerdo al portal de Subpesca, hasta marzo de 2023, se hayan ingresado 100 solicitudes de ECMPO de las cuales sólo 13 ya cuentan con su acuerdo de destino, que es el documento que oficializa la entrega del espacio a la administración de las comunidades.

Y aunque la Ley Lafkenche establece plazos muy concretos en el proceso para establecer las ECMPO, Yacqueline Montecinos señala que debido al gran número de solicitudes, las instituciones responsables no se han dado abasto para atenderlas todas y los tiempos de aprobación se han vuelto más extensos de lo que estipula la Ley.

Los retos que se avecinan

Actualmente la solicitud de la ECMPO Wafo-Wapi se encuentra en la espera de ser revisada por la Comisión Regional de Uso de Borde Costero (CRUBC), es decir en la transición del paso cuarto al quinto de seis totales para obtener el acuerdo de destino, mientras que el plan de administración recién empieza a ser elaborado por las comunidades y los demás actores involucrados.

Aún no hay un pronóstico de cuándo pueda recibir la destinación marítima, pero una vez publicada, la ECMPO Wafo-Wapi enfrentará nuevos retos, menciona Yacqueline Montecinos, entre los que más preocupan son los presupuestales para poder implementar monitoreo, vigilancia, planes de manejo, ya que una vez entregada por el Estado, éste no tiene recursos para entregarle a las comunidades.

Mientras tanto la comunidad mapuche ha resuelto muchos otros retos que les ha permitido llegar a estos últimos escalafones sin conflictos, gracias a una buena colaboración y comunicación, que ponen en práctica el espíritu de la Ley Lafkenche.

Esta es solo una acción en la constante lucha del pueblo mapuche contra el extractivismo de los recursos naturales, en donde busca reorientar las formas de producción, la educación y promover una visión basada en el respeto hacia la naturaleza.

Escrito por

Daniela Reyes

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