La temporada para nadar y observar al tiburón ballena en la Bahía de La Paz, al noroeste de México, comenzó en noviembre y, pese a los avances logrados en la regulación de esta actividad, las lesiones y el acoso a la especie persisten, de acuerdo con Tiburón Ballena México, una organización que lleva un registro de lesiones de los ejemplares.
La disminución de 98 a 83 autorizaciones de permisos para aprovechamiento no extractivo de tiburón ballena, entregado a prestadores de servicios turísticos , en Baja California Sur entre la temporada 2020-2021 y la 2022-2023 es beneficiosa para la disminución de lesiones, consideró Ramírez, directora de dicha organización.
Ramírez señala que los prestadores de servicios turísticos lastiman y acosan al tiburón ballena. Ellos, no obstante, lo atribuyen a otras embarcaciones no autorizadas que transitan la zona o que intencionalmente se acercan para intentar hacer la actividad ilegalmente.
Esto ocurre, principalmente, por violar la velocidad establecida para transitar en el Área de Refugio del Tiburón Ballena y los turnos de ingreso y salida del Área para prestadores de servicios turísticos.
Así como por la presencia de embarcaciones sin permiso y sin capitanes capacitados, que desconocen las reglas de distancia y pasan encima de los tiburones, provocando lesiones y raspaduras con el motor, explicó Karen Acevedo, bióloga, guía de turismo y colaboradora en Ecology Project International (EPI) México, una organización dedicada a la conservación.
De acuerdo con los resultados del monitoreo de Tiburón Ballena México, se puede apreciar que en 2016-2017 se presentó el porcentaje más alto de lesiones en tiburones identificados (77%) y a partir de entonces el porcentaje ha ido disminuyendo.
No obstante, Ramírez señala que un 48% de tiburones lesionados en 2021-2022 es una cifra aún alta para toda la regulación que existe y es señal de que todavía no se puede dar una convivencia entre seres humanos y el tiburón ballena sin que haya daños para la especie, por lo tanto se hace necesario continuar robusteciendo la protección a ésta y a su hábitat.
Nezahulpili Tovar, miembro del Comité Representante de Operadores Autorizados del Tiburón Ballena A. C., señala que el sentir de los prestadores de servicios turístico es que la actividad está sobrerregulada para ellos, mientras que hay una subregulación de la autoridad respecto a las embarcaciones sin permiso que transitan en el Área de Refugio del Tiburón Ballena y que intentan hacer actividades ilegalmente.
Fuente: Plan de Manejo
Si bien, la mayor parte de la temporada el tiburón ballena se ubica en la Zona I, que se extiende por la franja costera conocida como El Mogote desde Las Casitas hasta la playa El Califin (32km), los ejemplares se mueven a otras zonas como la III, que incluye un canal que conecta a la Bahía de La Paz con el Golfo de California por donde pasan todo tipo de embarcaciones dedicadas a actividades ajenas al tiburón ballena y que por lo tanto desconocen las reglas de tránsito en la zona.
La fuente de este problema, señala Tovar, es la falta de capacidad y de presencia de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), quien es la encargada de vigilar el cumplimiento del Plan de Manejo en el Área de Refugio, y en su caso de sancionar a quien no lo haga.
Pero también la falta del Programa de Protección que a diferencia del Plan de Manejo, que se enfoca en la actividad de observación y nado con el tiburón ballena solamente, se encarga de proteger a la especie y su hábitat, es decir, a toda la Bahía de La Paz.
Sin este documento publicado, Tovar señala que no se cuenta con ninguna herramienta legal ni jurídica que puedan usar para comprometer al creciente tránsito marino a que respete las reglas del Área de Refugio.
La elaboración del Programa de Protección está a cargo de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat). Sin embargo, la Conanp informó que solo se han realizado dos reuniones para la construcción de un borrador, a las que asistieron cinco personas, pese a que en su elaboración debe haber participación de los sectores académicos, social y privado interesados.
“Hasta ahorita de lo que nos hemos agarrado es del Plan de Manejo para la actividad de observación y nado, sin embargo, por ejemplo, ahí no contempla la pesquería, la acuacultura o los megacruceros. En cambio, en el Programa de Protección ya se habla de la integración de toda la zona y de todas las cosas que pueden afectar a la especie, como minería y desarrollos”, añadió Ramírez.
Actualmente, el Área de Refugio del Tiburón Ballena, que abarca 22 mil hectáreas de la Bahía de La Paz, cuenta con un sistema de vigilancia que se sostiene principalmente con la aportación voluntaria de los prestadores de servicio, y con apoyo del presupuesto federal de Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) y donativos filantrópicos, menciona Cecilia Blasco, directora ejecutiva de Red Turismo Sustentable y Desarrollo Social A. C. (RED).
Ramírez señaló que de esta forma los prestadores “son juez y parte”. Ya que financian y también vigilan en colaboración con autoridades y organizaciones.
De tal cuenta que se hace necesario evaluar las ventajas y desventajas de un sistema basado en financiamiento privado y voluntario, refirió Blasco.
Mientras tanto, a través de la reducción de permisos, las capacitaciones que se han brindado a quienes brindan servicios turísticos y la disminución en la velocidad para el tránsito en el Área de Refugio establecida en el Plan de Manejo, Ramírez espera que disminuyan los ejemplares lesionados por embarcaciones en la temporada 2022-2023.
Sin embargo, esta disminución no será significativa si no se fortalece la vigilancia por parte de Profepa en el Área de Refugio, se capacita a los capitanes de las embarcaciones con o sin permiso para realizar la actividad y se elabora el programa de protección, advirtieron los prestadores de servicios turísticos.
Tanto sociedad civil como prestadores de servicios turísticos coinciden en que estas acciones son urgentes para evitar que se convierta en una actividad descontrolada con riesgos para los tiburones y para los visitantes, de tal forma que se proteja a la especie y su hábitat.
Comentarios (0)