Las flotas industriales que utilizan métodos de pesca de arrastre en México no cuentan con certificación internacional de sustentabilidad ante el Consejo de Administración Marina (MSC, por sus siglas en inglés), la organización más grande a nivel global en la evaluación de prácticas de pesca amigables con el medio ambiente.
Francisco Vergara, encargado de Divulgación Pesquera en MSC, explicó a Periodismo CN que en el país sólo cuatro pesquerías han conseguido esta certificación: la de langosta roja del Pacífico; la de sardina cruda en el sur de Sinaloa; de pelágicos menores, en Sonora (la más grande del país, en cuanto a volumen) y la de atún aleta amarilla, en el Pacífico oriental. Ninguna corresponde a pesca de arrastre.
Cuando se habla de “pesquerías” se hace referencia a una unidad de pesca, que incluye un espacio delimitado para la captura de determinada especie, con barcos y artes de pesca de un mismo tipo.
La pesca de arrastre, que, como su nombre indica, consiste en arrastrar una red en el fondo marino para capturar peces o crustáceos, ha sido severamente cuestionada por organizaciones ambientales, debido a que este método puede ocasionar daños irreversibles al ecosistema.
Con el paso de los años, se han desarrollado tecnologías para mitigar el impacto de las redes de arrastre.
De acuerdo con datos de la Comisión Nacional de Pesca (Conapesca), incluídos en la plataforma Pescando Datos, con información actualizada hasta mayo de 2021, en México hay mil 419 permisos de pesca de arrastre para embarcaciones mayores y 615 para embarcaciones menores. De esas, al menos mil 147 permisos corresponden a pesca de camarón en altamar.
En el mundo MSC ha certificado a 98 pesquerías de arrastre, según datos de la propia organización, principalmente en países de la Unión Europea. Sin embargo, en México no se ha avanzado en esa ruta.
Pesquerías de arrastre certificadas por MSC. Mapa: MSC
Vergara indicó que hasta el momento solo una pesquería de arrastre ha buscado certificarse en el país, la Flota Industrial de Camarón en el Pacífico, la más grande a nivel nacional, pero no logró cumplir con todos los requerimientos del estándar.
“Es un estándar muy riguroso y difícil de cumplir”, apuntó el representante de la organización.
Según MSC, la pesca sostenible implica dejar suficientes peces en el mar, evitando la sobrepesca, para que su población se pueda reproducir de forma adecuada, renovándose de manera continua, manteniéndose saludable y productiva.
Esta sostenibilidad se mide en tres principios, estado de población de las especies, impacto ambiental y gestión pesquera eficaz.
Después de ser certificadas, las pesquerías se reevalúan regularmente y muchas precisan llevar a cabo nuevas mejoras. La información científica también se completa continuamente y se anima a que las pesquerías desarrollen nuevas maneras de conservar los recursos marinos para las generaciones futuras.
Vergara hizo énfasis en que carecer de una certificación no necesariamente es sinónimo de malas prácticas, pues la inscripción al proceso de evaluación es voluntaria. No obstante, apuntó que es una oportunidad de mejora continúa y, a la vez, un instrumento de mercado para elevar el valor de sus productos.
El proceso de certificación no lo hace propiamente MSC, sino una compañía certificadora externa, con base en los criterios establecidos en el estándar de sustentabilidad. Una vez que se cumplen todos los criterios, se otorga el certificado y un ecoetiquetado, que sirve para que el consumidor final pueda identificar que ese producto proviene de una pesquería sostenible.
En cada certificación, afirma la organización, se reflejan los conocimientos más actuales e
internacionalmente aceptados en el campo de la ciencia y de la gestión de pesquerías.
Pesca de arrastre, certificación necesaria
La pesquería de camarón en el Pacífico de México, que no concluyó el proceso de certificación ante MSC, es la más grande a nivel nacional, con una producción en volumen de más de 34 mil toneladas anuales, según datos de la Conapesca
Esta pesquería se localiza en las aguas territoriales de Sonora, Sinaloa y Nayarit, principalmente.
Durante los últimos años la pesca de arrastre de camarón ha atravesado por varios procesos que ponen sobre un hilo la posibilidad de exportar el producto, debido al desacato de normas internacionales.
El último golpe a este sector fue la pérdida de certificación del Registro Federal de Estados Unidos en marzo de 2021, para vender camarón en ese país, debido a que el programa de protección de tortugas no se ajustaba a los estándares establecidos en aquel país, aunque dicha certificación ya fue reanudada. La historia de suspensiones y reanudaciones se ha repetido en varias ocasiones durante la última década.
Francisco Vergara apuntó que se promueve que las pesquerías de arrastre inicien procesos de certificación, a fin de consolidar o mejorar sus buenas prácticas ambientales.
Sin embargo, de momento no hay ninguna en evaluación.
Andrés Beita Jiménez, científico pesquero cuantitativo del Marine Institute Memorial University of Newfoundland, en Canadá, consideró que es posible realizar pesca de arrastre con impactos mínimos en el ecosistema, pero para ello es necesario que las flotas inviertan en tecnologías y mejoren sus procesos de captura.
De acuerdo con el experto, hay en el mundo esfuerzos importantes para minimizar los efectos negativos de las redes de arrastre en el océano, pero, dijo, la investigación científica es clave para avanzar.
Comentarios (0)