Don Roberto Sánchez sube a paso firme hasta la punta del Cerro del Padre en la ciudad de Zacatecas, sus 75 años no son un problema, pues es hombre de campo. Parado a un costado de una cruz apunta hacia el lado Oeste de las faldas del cerro, hacia el fraccionamiento La Encantada. “Ahí es donde quieren lotificar”, dice.
En el sitio señalado, el área con más presencia de vegetación, hay marcas blancas que delimitan predios, para que la mancha urbana continúe creciendo.
El Cerro del Padre, una colina de 2 mil 505 metros de altura, es uno de los más de ocho cerros ubicados cerca de la zona urbana de la ciudad de Zacatecas. Todos forman parte de la Meseta Central, una región natural ubicada entre la Sierra Madre Occidental y la Sierra Madre Oriental, que limita al sur con el Eje Neovolcánico.
“Queremos que esto se conserve, estamos luchando para que no se urbanice”, comenta Roberto Sánchez.
Foto: Alejandro Castro/ Periodismo Causa Natura
La aún pequeña comunidad ambiental de Zacatecas exige la preservación del sitio, que además de ser un patrimonio natural, forma parte del corredor biocultural de la ruta de la comunidad Wixarika hacia Wirikuta, en San Luis Potosí, el territorio más sagrado dentro de su cosmogonía. Se trata de un conjunto de caminos y veredas con alrededor de 16 puntos considerados sagrados en el recorrido de más de 400 kilómetros.
Roberto Sánchez, quien es dueño de una antigua librería en el centro de la ciudad, es un conocido promotor de la cultura Wixárika o Huichol. “Es importante por lo natural y porque es un lugar sagrado”, sostiene.
Pero hay un conflicto que da origen a la disputa por su conservación: más de la mitad del territorio que compone el Cerro del Padre es de propiedad privada.
La zona donde se pretende lotificar es una colonia de clase media alta, con casas de tamaño mediano y grande, ubicadas a menos de un kilómetro del Centro Histórico. “Hay intereses privados, pero tienen que entender que está por encima el interés colectivo”, alega Roberto.
El Cerro del Padre cuenta con dos decretos de protección como área natural protegida.
El primero tiene origen durante el mandato del expresidente Lázaro Cárdenas del Río. El 18 de noviembre de 1937 se publicó en el Diario Oficial de la Federación un decreto que declara “Zona Protectora Forestal” a un conjunto de cerros en la ciudad de Zacatecas, entre los que se incluyó al Cerro del Padre.
“Solo se permitirá en los terrenos forestales comprendidos por la Zona Protectora el aprovechamiento de maderas muertas, con el objeto de prevenir incendios, y el pastoreo de ganado se sujetará a medidas especiales”, indica el documento.
El Decreto apunta que es necesario conservar la vegetación forestal que aún resta, especialmente en los sitios de clima extremo como el de Zacatecas, cuyos bosques estaban siendo sobreexplotados “para el interés de unos pocos”.
El segundo decreto fue publicado el 5 de diciembre de 2009 bajo la gestión de la exgobernadora del estado Zacatecas, Amalia García Hernández. Se trata del Parque Estatal “Ruta Huichola”, que comprende los municipios de Susticacán, Jerez, Zacatecas y Guadalupe.
Aunque no menciona expresamente al Cerro del Padre, el decreto de parque estatal establece que los sitios ceremoniales, santuarios, elementos religiosos y culturales y los caminos usados por la comunidad Huichola son objeto de protección.
Ahí mismo establece que el decreto “salvaguarda los derechos de los propietarios de los predios”.
La disputa público-privada
Martha Ramírez Gallegos, exdirigente de la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios en Zacatecas, es quien se ostenta como propietaria de los predios ubicados a un costado del fraccionamiento La Encantada.
Magdalena Beltrán Vázquez, titular de la Secretaría de Gobierno del municipio de Zacatecas, detalló que el terreno ubicado en la calle Roberto Cabral, a las faldas del cerro, fue adquirido por su actual propietaria en 1992.
En abril de 2019, Martha Ramírez Gallegos obtuvo una Constancia de Compatibilidad Urbanística por parte del Gobierno estatal, a través de la Secretaría de Desarrollo Urbano, Vivienda y Ordenamiento Territorial del estado. Dicho documento determina las actividades viables para desarrollar un predio o inmueble.
No obstante, dicha constancia tuvo contradicciones, comentó Beltrán.
Por una parte, se especificó que el uso de suelo para vivienda estaba prohibido, pero dio pie a la posibilidad de construcción de vivienda vertical.
Posteriormente, un grupo de vecinos presentaron una queja el 17 de febrero de 2020 por la tala de árboles en el predio. Sin embargo, la administración municipal del exalcalde Ulises Mejía Haro había concedido dichos permisos de desmonte, expuso Beltrán Vázquez.
El 23 de marzo de 2020 el municipio de Zacatecas, a través de la Subsecretaría de Desarrollo Urbano y Ordenamiento Territorial, publicó un oficio dirigido a los colonos del área, donde se señala que no es posible otorgar permisos para construir o fraccionar en la zona.
Después de ello, el Departamento de Planeación y Desarrollo Urbano estatal emitió una nueva constancia de compatibilidad urbanística, en la que, a diferencia de la primera, cancela toda posibilidad de construcción.
Esto derivó en un juicio contencioso administrativo iniciado por la propietaria, a fin de anular esta última constancia de compatibilidad urbanística y consiguió la anulación.
La empresaria inmobiliaria solicitó, de nueva cuenta, una nueva constancia para construir, pero en febrero de 2022 se comunicó a la propietaria la restricción de uso de suelo, en la que se indica que puede vender el terreno, pero la persona que lo adquiera no puede construir.
Magdalena Beltrán adelantó que ya se realizó un inventario de flora y se está trabajando en el Manifiesto de Intención para decretar un Área Natural Protegida (ANP) de carácter municipal.
Piden elevar la protección legal
El Cerro del Padre, con una extensión territorial de 38.4 hectáreas, ofrece múltiples servicios ambientales a la población que radica en la zona.
Luis Rahim Ruelas Vázquez, ingeniero ambiental, quien realizó un estudio de caracterización ambiental del cerro en 2021, explicó que entre los beneficios ecosistémicos que ofrece está la regulación atmosférica a través de la vegetación; las raíces evitan la erosión, es refugio y criadero de especies de fauna y flora endémica, además de su belleza paisajística y valor biocultural.
Foto: Alejandro Castro/ Periodismo Causa Natura
La tesis de Ruelas Vázquez sugiere la conformación de un ANP de jurisprudencia municipal, pero en entrevista propone elevar la protección a nivel federal, como parte de las reservas ecológicas administradas por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).
De acuerdo con el ingeniero ambiental, que también se desempeña como docente, los servicios ambientales que ofrece el cerro están en riesgo por diversos factores, entre los que destaca el crecimiento urbano, incendios forestales y tira de residuos sólidos.
Entre la vegetación más representativa del Cerro del Padre, conforme al estudio de Ruelas, se encuentran el Maguey Mezcal, el Gatuño, la Biznaga de Espina Larga, Biznaga de chilito, los nopales Tapón, Cardón y Duraznillo y el Pasto Navajita, todas endémicas.
De la fauna destacan el Tlacuache, Rata de Campo, Zorrillo, Liebre, Paloma Habanera, Pajaro Carpintero, Torcaza y el Gorrión.
“Todo eso necesita protección, porque no se está cuidando”, señaló Luis Ruelas.
Para resolver el conflicto público-privado del área, Ruelas también pone sobre la mesa la posibilidad de generar ingresos a través del esquema de cobro de derechos de las ANP, lo que permitiría a los propietarios hacer un aprovechamiento sustentable y, a la vez, generar ganancias para el mantenimiento del área.
José Antonio Gómez Barrón, ambientólogo e investigador del Consejo Zacatecano de Ciencia y Tecnología (Cozcyt) respalda la idea de eficientar la protección del área, pues considera que hay suficientes elementos técnicos que respaldan la propuesta de conservación.
“Hay intereses de empresarios e inmobiliarias en el desarrollo urbanístico de esta zona que debería de ser protegida. Está tan identificada, hay tanta información de grupos académicos que colocan a este sitio como de relevancia ambiental para nuestro estado y para la preservación de la cultura de los pocos grupos étnicos que quedan en nuestro país”, concluyó el académico.
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