Cultivo acuícola de pulpo, una alternativa para impulsar la economía y la sostenibilidad pesquera

Tres hombres y tres mujeres integran la cooperativa Moluscos del Mayab, la primera cooperativa de producción acuícola de pulpo, un proyec...
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Tres hombres y tres mujeres integran la cooperativa Moluscos del Mayab, la primera cooperativa de producción acuícola de pulpo, un proyecto con el que se busca impulsar la economía local y explorar alternativas sostenibles a la pesca tradicional de esta especie.

En el poblado de Sisal, en Yucatán, a 75 kilómetros de Mérida, los cooperativistas hacen mancuerna con un grupo de científicos para sacar adelante esta iniciativa, pionera a nivel nacional e internacional.

La pesquería de pulpo es una de las más importantes del país y la más importante en cuanto a volumen en la región del Golfo de México y el Caribe, según datos del Instituto Nacional de Pesca y Acuacultura (Inapesca).

Foto: Claudia Novelo

El Pulpo Maya o Rojo (Octopus maya), endémico de la Península de Yucatán, es la especie de mayor consumo en México. De este producto depende la economía de alrededor de 15 mil familias en el sureste del país, de acuerdo con cifras oficiales.

La idea de buscar alternativas a la pesca tradicional, ante las fluctuaciones en la producción son el origen del proyecto de una granja acuícola para la producción de pulpo, cuya tecnología ha tardado en desarrollarse más de tres lustros, contó Carlos Rosas Vázquez, investigador de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Rosas Vázquez es la mente detrás de este proyecto impulsado desde la Unidad Académica de la UNAM en Sisal, Yucatán, el cual podría revolucionar la pesca en la región.

“Cuando nosotros solicitamos el apoyo del gobierno de Yucatán para construir la sede de la UNAM, uno de los temas que expuso el entonces gobernador fue desarrollar procesos de acuacultura para el cultivo de pulpo. El exgobernador Patricio Patrón Laviadal pensaba que eso podía ayudar a resolver la escasez de pulpo en ese momento y para el futuro”, detalló el especialista en fisiología y nutrición de especies marinas.

Hasta ese momento la producción de pulpo fuera del mar no había sido posible en ninguna parte del mundo. Pero 17 años después, con decenas de estudios, así como tesis de licenciatura y posgrado, hay una aproximación al método idóneo para la producción de pulpos mayas a través de la acuicultura, mismo que ha servido de base para la investigación en otros países como España y Japón.

Reproducción fuera del mar

Rosas Vázquez ha liderado investigaciones para conocer la fisiología del pulpo, su sistema digestivo y reproductivo, al igual que su comportamiento y alimentación.

“La fundación de una tecnología no es algo que ocurra rápidamente. Había que conocer cosas muy básicas como ¿qué comen? ¿Lo podemos mantener en un estanque por un tiempo? ¿Podemos diseñar un alimento similar al que se come en el mar? Había muchas preguntas”, explicó el académico.

Foto: Claudia Novelo

El primer paso fue recolectar hembras en su ambiente natural, en mar abierto, y llevarlas a un estanque del laboratorio para examinar el proceso de desarrollo embrionario, desove y cuidado parental.

Una hembra tarda en llegar a la madurez sexual aproximadamente un año y los embriones se desarrollan en 60 días, fueron los descubrimientos iniciales.

Con el paso de los meses se logró generar condiciones de luz, temperatura y alimentación óptimas para el desarrollo embrionario y después para la incubación de los huevos.

Una vez que se tuvieron juveniles de pulpo, el reto fue alimentarlos y garantizar las mayores tasas de supervivencia.

Hoy se sabe que los pulpos tienen un sistema digestivo cuyas enzimas son más parecidas a las de un cerdo que a las de otros animales invertebrados marinos. Para llegar a este punto se hicieron decenas de experimentos y estudios, pero fue clave en el diseño del alimento que actualmente se da a las crías.

El tercer gran paso para el desarrollo del proyecto ha sido la implementación de procesos que permitan escalar la producción de pequeña escala en laboratorios a un sistema de producción comercial.

Del laboratorio al cultivo comercial

La primera granja de producción acuícola de pulpo, que tiene como base más de 15 años de investigaciones de la Unidad Académica de la UNAM en Sisal, fue inaugurada a principios de 2022 en un terreno costero, aunque las gestiones tienen por lo menos tres años previos, entre los trámites de concesión y la colocación de infraestructura.

Foto: Claudia Novelo

Fueron tres mujeres de la comunidad quienes comenzaron a colaborar con la UNAM, como una alternativa económica a la actividad de sus esposos, que es la pesca.

Posteriormente, los propios esposos se unieron al proyecto. La acuicultura fue, en su momento, una opción viable para continuar a su edad con la actividad de sustento, pero sin los riesgos que implica salir a altamar.

Así se conformó la cooperativa Moluscos del Mayab. En esta fase, la granja es operada de forma independiente por la cooperativa, con asesoría de la UNAM y con el respaldo del Programa de Pequeñas Donaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), explicó Daniel Méndez, doctor en Ciencias y asesor técnico de la cooperativa.

Méndez fue enfático en señalar que se trata de un programa piloto, donde aún se exploran muchas áreas de mejora.

La tarea no es sencilla. Los integrantes de la cooperativa realizan las tareas de alimentación y cuidado. Un error en los tiempos de alimentación podría provocar que se coman unos a otros.

También deben preparar el alimento, a base de desperdicios de pescado. Cada hembra puede engendrar de mil 500 a 2 mil crías en cada desove, pero no todos sobreviven, por el instinto caníbal de la especie.

“Hemos tenido supervivencias de más del 80%, en otras ocasiones mucho más. Hoy por hoy se sigue perfeccionando la dieta para valorar cuál garantiza mayor supervivencia”, detalló el especialista.

Actualmente la cooperativa tiene una capacidad de infraestructura para cosechar entre 500 y 700 ejemplares de aproximadamente 100 gramos cada uno. En el mediano plazo, se prevé incrementar la producción a 2 mil ejemplares.

El grupo de momento no está interesado en competir con el mercado de pesca tradicional de pulpo, sino que buscan ofrecer un producto con valor agregado, el ‘pulpo baby’, que son ejemplares de menor talla y, comúnmente, de mayor valor comercial.

De acuerdo con Daniel Méndez, el proyecto contempla un ciclo de reproducción completo, es decir, que las crías no se extraen del medio natural, sino que nacen, crecen y se reproducen en el estanque controlado.

Calentamiento del mar amenaza las pesquerías de pulpo

El pulpo es capturado en altamar por dos tipos de flotas pesqueras: la flota menor y la flota de mediana altura.

La primera opera en todo el litoral de Campeche, Yucatán y norte de Quintana Roo, así como en la zona del Sistema Arrecifal Veracruzano, con 3 mil 900 embarcaciones. La flota de mediana altura, con 400 embarcaciones, opera casi exclusivamente en el puerto de Progreso, Yucatán, de acuerdo con el Plan de Manejo Pesquero.

La temporada de pesca va del 16 de diciembre al 31 de julio de cada año, con un periodo de veda de cuatro meses y medio.

El pulpo maya no es una especie amenazada, pero sí enfrenta amenazas por varios factores, principalmente relacionados con el cambio climático.

Carlos Rosas expuso que la Península de Yucatán cuenta con una dinámica oceanográfica que le permite mantener cierto control de la temperatura a través de una corriente marina que lleva agua relativamente fresca desde el fondo marino hasta la superficie. A este fenómeno se le conoce como ‘surgencia’, y suelen ser aguas cargadas de nutrientes y es benéfica para las poblaciones de pulpo.

“Sin embargo, hay evidencias oceanográficas que nos indican que la corriente que abastece la surgencia se está debilitando, y eso podría traer como consecuencia un aumento de la temperatura en la plataforma de Yucatán”, apuntó.

Tanto Carlos Rosas como Daniel Méndez coinciden en que la pesca de pulpo sigue siendo “altamente productiva”. Se estima que en 2021 se extrajeron alrededor de 30 mil toneladas.

Con respecto a la pesca furtiva, mencionó que, en proporción a la magnitud de la producción pesquera, esta no representa una amenaza grave.

Para los expertos, las variaciones ambientales son el principal factor de preocupación.

Rosas sostuvo que la alternativa de producción acuícola permite también disminuir la presión sobre los ecosistemas naturales y ofrece soluciones sostenibles a la demanda de esta especie.

Escrito por

Alejandro Castro

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