Un centenar de puntos de descarga de aguas negras impactan arrecifes de Veracruz

Es un olor fétido, algo así como una combinación entre el olor a caño y animal muerto, contó el pescador Bernardo Hernández. Son aguas re...
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Es un olor fétido, algo así como una combinación entre el olor a caño y animal muerto, contó el pescador Bernardo Hernández. Son aguas residuales de la zona urbana del corredor Veracruz-Boca del Río, que se desechan directo al mar, a escasos metros del sistema de arrecifes coralinos más grande del Golfo de México.

No son uno ni dos puntos de descarga de aguas negras, sino casi 100, explicó Cristopher González Baca, director del Parque Nacional Sistema Arrecifal Veracruzano, dependiente de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).

Las aguas salen del drenaje pluvial al mar, pero no todo son aguas de lluvia, pues, además del mal olor, salen aun cuando no hay lluvias.

En un recorrido realizado por personal del Parque Nacional en 75 kilómetros de costa, realizado en octubre de 2021, en época sin lluvia se encontraron 210 puntos de descarga del drenaje, entre los cuales identificaron por lo menos 44% con salidas de aguas negras.

No se sabe exactamente quienes arrojan sus aguas de desecho al drenaje pluvial, que después terminan en el mar, pero la situación representa un problema grave, tanto para los arrecifes como para las especies marinas que habitan cerca de la costa, expuso González Baca.

El Sistema Arrecifal Veracruzano es un Área Natural Protegida decretada en agosto de 1992. Abarca una superficie de 65 mil 504 hectáreas. En ese perímetro habitan por lo menos 37 especies enlistadas en la Norma Oficial Mexicana 059-Semarnat-2010, por considerarse en peligro de extinción, incluídos corales del tipo Cuerno de Alce, Cuerno de Ciervo, Abanico del Mar y Coral Gran Estrella.

Los corales, principales formadores de arrecifes, son animales coloniales formados por pequeños organismos denominados pólipos, que se asientan sobre una base de carbonato de calcio. Así, según la especie, adoptan diferentes formas y tamaños.

Los arrecifes coralinos constituyen uno de los ecosistemas de mayor diversidad biológica del medio marino. Albergan una gran diversidad de flora y fauna, proporcionan refugio, protección y alimentación a peces, moluscos y crustáceos, algunos de interés comercial.

Asimismo, funcionan como una barrera de protección costera ante tormentas fuertes y huracanes.

El Parque Arrecifal Veracruzano está conformado por 28 formaciones arrecifales, de las cuales por lo menos seis se encuentran cercanos a la costa, donde desembocan las aguas negras. “Hay algunos arrecifes a menos de 800 metros de donde caen aguas negras”, dijo Cristopher González Baca.

Los corales necesitan condiciones óptimas para sobrevivir, en cuanto a profundidad, luz, temperatura y altas concentraciones de oxígeno, de acuerdo con la explicación de Melina Soto, representante en México de la Iniciativa Arrecifes Saludables (HRI, por sus siglas en inglés).

Para que existan concentraciones de oxígeno adecuadas, el agua debe ser baja en nutrientes. Las aguas residuales, por el contrario, están sobrecargadas de nutrientes que favorecen el crecimiento de algas carnosas, mismas que ganan terreno a los corales, los asfixian y los matan.

La Dirección del Parque Nacional Sistema Arrecifal Veracruzano realizó un estudio para conocer la salud de los arrecifes que integran esta área protegida, basado en el modelo de evaluación que aplica HRI en el Arrecife Mesoamericano.

Los resultados arrojaron que los sitios arrecifales cercanos a la costa en el corredor Veracruz-Boca del Río, los más próximos a los puntos de descarga de aguas negras, son los que presentan mayor grado de deterioro.

Gráfica: Parque Nacional Arrecifes de Veracruz

El Consejo Asesor del Parque Nacional interpuso en febrero pasado una denuncia formal ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), contra quien o quienes resulten responsables por el vertimiento de aguas residuales sin tratar al drenaje pluvial.

La dependencia notificó que dicha denuncia fue recibida, pero no ha informado sobre la inspección de campo ni sanciones a responsables, dijo Cristopher González.

Las instancias locales encargadas de la operación y mantenimiento de los sistemas de drenaje son la empresa privada Grupo Metropolitano de Agua y Saneamiento, en el municipio de Veracruz, y la dependencia pública Compañía de Agua del Municipio de Boca del Río.

Ríos contaminados, otro problema

Los arrecifes veracruzanos no solo están expuestos a las aguas negras, sino también a los ríos contaminados que desembocan en la zona. Un ejemplo es el río Jamapa, que se encuentra con el mar a un costado del centro de Boca del Río.

Este río atraviesa la zona industrial de producción de caña y alcohol. Cuando hace contacto con el océano forma una nata de aguas turbias que se extiende por varios kilómetros.

“Antes llegaba donde desembocaba el río se veía la diferencia del agua en unos seis o siete metros y luego se diluía. Ahorita no, la contaminación llega hasta 20 millas adentro del mar (32 kilómetros). Pesticidas, herbicidas, tóxicos, no sabemos qué es, pero todo llega de golpe”, señaló Bernardo Hernández.

Además del agua contaminada, los ríos acarrean basura orgánica y plásticos.

“Ya no hay donde pescar”

El cambio en las condiciones del agua en la costa de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río está asfixiando al sector pesquero, pues la actividad es cada vez más riesgosa y menos rentable.

Antes encontraban producto cerca. Ahora, por la contaminación, tienen que avanzar más de 30 kilómetros mar adentro, refirió Hernández, quien también preside la Federación de Pescadores de Veracruz.

“Ya no hay donde pescar. Esto está ocasionando que se acelere más rápido la crisis, la quiebra de la pesca en Veracruz. El hecho de ir afuera hoy no te garantiza que captures. Te arriesgas a salir 20 millas, que es donde puede estar el agua no tan contaminada, y eso te genera un gasto de 3,000 pesos, pero hay días en los que no se sacan ni 500. Eso se vuelven pérdidas y la gente opta por hacer otra cosa, mucha gente se está yendo de la actividad”, aseveró.

El pescador, con 40 años en el oficio, apuntó que junto con sus colegas de oficio ven a diario malas prácticas que impactan de manera directa en los ecosistemas costeros, pero no son escuchados.

La Federación de cooperativas pesqueras propone conformar comités de vigilancia entre sus propios miembros.

“Queremos que sea legal, en forma, para que las denuncias que hagamos sean tomadas en cuenta, lógicamente todo sustentado, ahorita nadie nos hace caso”, expuso.

Una historia de resiliencia

Los arrecifes de Veracruz tienen una historia de resiliencia. A diferencia de los arrecifes del Caribe mexicano, donde la actividad humana se intensificó hace apenas 50 años, con la fundación de Cancún, los corales de esta zona han resistido más de cinco siglos a la actividad humana, desde la fundación del Puerto.

 “Sorprendentemente encontramos arrecifes mejor conservados que en el Caribe, que han estado expuestos por muchísimos años, de hecho con la fundación de la ciudad sacaban corales para usarlos como material de construcción. Lo que tenemos ahorita son corales muy resilientes, los que ya aguantaron tantos impactos”, dijo Cristopher González.

Una investigación publicada en 2013 por los académicos Verónica Valadez Rocha y Leonardo Ortiz Lozano, de la Universidad Veracruzana, hace un análisis sobre relación entre los puertos y las áreas arrecifales, principalmente porque los arrecifes brindan protección a las embarcaciones contra eventos climáticos extremos como tormentas y huracanes.

Con apoyo de fotografías aéreas y mapas del siglo XIX y principios del XX, los expertos identificaron que la expansión portuaria en Veracruz ha causado la pérdida directa de 50% de la franja de arrecifes cerca del puerto.

La investigación fue publicada, señalan, en “vísperas” de la ampliación del Nuevo Puerto.

El 29 de noviembre de 2012 la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) publicó un decreto para reducir en más de 12 mil hectáreas la superficie protegida del Parque Nacional Sistema Arrecifal Veracruzano, para dar pie a las obras del Nuevo Puerto.

Las obras comenzaron en 2016 y avanzaron con la colocación de un rompeolas gigante sobre el sitio arrecifal de Punta Gorda, pero en febrero pasado la Suprema Corte de Justicia de la Nación amparó a un grupo de ambientalistas, de manera que se frenó provisionalmente la infraestructura que estaba planeada sobre el sitio La Gallega.

En una proyección a 100 años, los académicos apuntaron que este proyecto repetirá los mismos patrones de impacto ambiental que los sucedidos un siglo atrás.


Escrito por

Alejandro Castro

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